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Por Juan Turello. Sergio Massa celebró como una victoria la baja de los precios en junio. Olvida que en la guerra contra la inflación ya perdió varias batallas, con un resultado desastroso: aumentaron la pobreza y la miseria. Pero esta historia no se repetirá, señala mi nota en el diario La Voz del Interior.
El triunfo efímero de junio -6%, con un acumulado de 100,9% desde que Massa asumió al frente de Economía-, no volverá a suceder ya que desde julio influyen cuestiones estacionales, que no podrán corregir las ahora diarias acusaciones del ministro-candidato contra sus rivales.
La baja fue sostenida por alimentos y bebidas, que sólo se incrementaron 4,1%, por el fuerte impacto de los precios de la carne, casi estables. En los dos últimos meses, la hacienda apenas subió 2%.
El economista Juan Manuel Garzón (Ieral-Fundación Mediterránea) fundamentó la situación en la mayor oferta de animales por la sequía de los meses anteriores y la caída estacional de la demanda de productos cárnicos. Ese cuadro puede revertirse a partir de las últimas lluvias.
Por otra parte, la poca movilidad en los precios en las góndolas está vinculada con los acuerdos que firmó el Gobierno, a cambio de la promesa de dólares frescos para mantener las importaciones y, por ende, la producción.
Esos valores son los que registra el INDEC en las cadenas de supermercados, ya que no se relevan los de almacenes y autoservicios que, si bien también registraron bajas, están por encima de los de Precios Justos.
¿Una vez que se conozcan los resultados de las PASO del 13 de agosto las grandes cadenas mantendrán la suba mensual del 5% o puede saltar el remarcador?
La historia no ayuda a los pronósticos de Massa y su equipo.
El ministro-candidato dijo que la oposición le pidió al FMI que le cerrara el grifo. “Esto tiene que estallar”, dice que dijeron.
La oposición negó la acusación de Massa.
Es probable que el Fondo haya decidido auscultar con los opositores los dibujos que presenta el actual Gobierno para demostrar que cumple las metas de reducción del déficit fiscal, de incremento de las reservas y sobre la conclusión del gasoducto, que ayudaría a mejorar las cuentas públicas.
Es poco probable que un funcionario del FMI revele sus consultas a su interlocutor; más bien, parece un dato de los que manejan con inteligencia este tema.
El manual del kirchnerismo sugiere culpar a la oposición o crear un enemigo para achacar los fracasos del “plan llegar”.
Massa parece luchar contra molinos de viento al pretender que el dólar -la moneda de ahorro de los argentinos- no repita la historia de subir en los procesos electorales.
El dólar blue -que el viernes 14 cerró con el récord de $522-, acumula en el año un alza de 50,8%, apenas una décima más que la inflación del semestre: 50,7%.
Para no sufrir estas tribulaciones, Massa podría leer el Diario de una temporada en el quinto piso, de Juan Carlos Torre, un exfuncionario de Raúl Alfonsín que recuerda todas las dificultades internas y los desafíos que sufrieron por el PJ durante esa gestión.
La historia no se repite, pero el pasado enseña.