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Por Columnista Invitado. Según la medición del Índice FADA de junio, que incluye el efecto de la sequía, marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 55,8%. Cada 100 pesos de renta que genera una hectárea agrícola promedio, 55,80 pesos se lo llevan los distintos niveles de Gobierno. Este índice bajó en relación a la anterior medición de marzo de 2018, que había arrojado 64,1 cada 100 pesos.
Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 55,8%, la participación del Estado en soja es del 66,4%; maíz, 40,6%; trigo, 39,8% y girasol, 51,4%.
Mientras el índice FADA nacional es de 55,8%, Santa Fe registra el más alto con 59,5% y San Luis el más bajo con 52,8%. Por su lado, Córdoba tiene una participación de 55,3%, Buenos Aires 59,1% y La Pampa 53,8%.
Santa Fe registra la participación más alta en trigo y girasol, mientras que Buenos Aires, la más alta en soja y maíz. Al mismo tiempo, Buenos Aires registra el menor nivel en girasol, y Córdoba registra el menor nivel en soja, maíz y trigo.
En estos resultados, se conjugan los rindes, los impuestos provinciales y locales, además de los fletes, que generan efectos distintos sobre cada uno de los cultivos.
En cuanto a los impuestos nacionales, van en línea con el valor de la producción y con la rentabilidad en cada provincia, por lo que son más altos en términos absolutos en Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, y más bajos en San Luis y La Pampa. Se consideran los impuestos a las Ganancias, a los Créditos y Débitos Bancarios («impuesto al cheque») y el IVA.
Los impuestos provinciales presentan divergencias. En todas las provincias analizadas se paga elimpuesto inmobiliario rural, con Santa Fe a la cabeza y San Luis el más bajo. En Buenos Aires, La Pampa y San Luis se abonan Ingresos Brutos. La alícuota es del 1% en los casos de Buenos Aires y San Luis, y 0,5% en La Pampa. En Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta.
Buenos Aires y Santa Fe tienen tasas municipales, mientras que La Pampa cobra las guías cerealeras. Córdoba y San Luis no tienen imposiciones a nivel local. San Luis y La Pampa tienen impuestos al estilo de aduanas internas.
David Miazzo, economista-jefe de FADA explica que el Índice FADA aún se ve afectado por la sequía: “Los cultivos de verano de esta campaña 2017/18, que está finalizando, sufrieron una grave sequía durante la etapa crítica de crecimiento, mientras que hubo altas temperaturas y humedad en los momentos previos a la cosecha. Estos eventos climáticos provocaron caídas de rindes y pérdidas de producción que han generado efectos negativos sobre el productor agropecuario, pero también sobre las economías del interior y la macroeconomía del país”.
¿Cuánto afectó la sequía? Miazzo explica: “Las pérdidas conjuntas de maíz y soja totalizan las 26,2 millones de toneladas de granos, equivalentes a 935 mil viajes menos de camión y U$D 8.283 millones. Aunque esta valuación se hace a precios actuales, también podría hacerse a los precios del año pasado, que son 10% inferiores para los casos de soja y maíz”.
Cuando el dólar evoluciona por encima de la inflación, genera un impacto positivo sobre los sectores exportadores, ya que permite incrementar los ingresos (en dólares) por encima de los gastos (que, en parte, son en pesos). En los últimos 12 meses, la devaluación fue de 55,6%, que duplicó la inflación del período y compensó el desfase de años anteriores.
Los costos totales se han incrementado 13,8% en relación con marzo, con mayor impacto de los costos de labores y fletes, que también fueron afectados por los incrementos de los costos de los combustibles. Además de los insumos, que -al estar dolarizados- suben conforme al dólar.
Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo con la moneda en la que están expresados, se puede identificar que 59% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados, mientras que el restante 41% está pesificado. En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 62% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 38%.Miazzo explica que “incluso el componente en pesos, también suele tener una alta relación con el dólar”.