Por Claudio Fantini. La foto de Javier Milei arrodillado ante Xi Jinping es falsa. El presidente...
Por Juan Turello. Los analistas prestan cada vez más atención a las emociones de consumidores e...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. Sergio Massa es el funcionario más ejecutivo de un Gobierno en desmadre. Su principal objetivo es tranquilizar la economía para llegar a los comicios de 2023. Pero, hay tres jinetes que amenazan derrumbar ese esquema, que oculta la eventual candidatura presidencial del actual ministro de Economía, señala mi nota en La Voz. Los desafíos de la guerra de Rusia, la inflación y la sequía.
Al igual que los jinetes del Apocalipsis -que en realidad eran cuatro- las acciones de los jinetes locales están vinculadas con la guerra de Rusia, que provoca un aumento en los precios de la energía, más inflación y recesión global; la suba de los precios internos y la sequía.
La inflación de este mes estaría en torno del 7%, con lo cual encadenó cuatro meses en torno de ese indicador.
Un alza de precios por encima del 100% provoca un desorden en los precios relativos de bienes y servicios; un aumento de la pobreza y de la miseria.
El acuerdo de los Camioneros -107% anual- alienta una inflación agregada en la logística de todos los bienes, al tiempo que incentiva el conflicto social, del cual se aprovechan la izquierda y los piqueteros.
No hay medidas profundas del equipo de Massa para enfrentar el descalabro. Una corrección del Presupuesto 2022 echó por tierra la promesa de bajar el gasto público.
Otro botón del descontrol fiscal: los consumidores con capital pueden mantener su dinero a plazo fijo; pagar las cuotas del Ahora 30 y, todavía, obtener una ganancia, mientras el Estado les financia la compra de celulares, televisores y electrodomésticos. Un despropósito.
El Banco Central Europeo acaba de ajustar las tasas para bajar los precios. “La actividad y el empleo sufrirán, pero la inflación es prioridad”, dijeron sus autoridades.
Aquí, la receta es al revés, mientras pobres y desempleados quedan atrapados en los “relatos” del Gobierno. Lo contrario de lo que prometió Alberto Fernández en campaña.
La sequía les arrebató a los productores cordobeses unos 500 millones de dólares, por la peor cosecha de trigo de los últimos 12 años, según cálculos de la Bolsa de Cereales.
La falta de lluvias podría afectar la siembra y la recolección de granos gruesos, que complicaría las exportaciones y el ingreso de divisas para 2023.
El antecedente del “dólar soja” jugará en contra de los planes de Massa, porque los productores querrán repetir la experiencia de una cotización por encima del dólar oficial.
Las reservas líquidas del Banco Central apenas superan los 6.600 millones de dólares. Para cerrar este ejercicio, Massa depende de los créditos de los organismos financieros multilaterales. El Club de París acaba de aliviar los pagos.
El mundo entrará en una recesión por las políticas de contracción que adoptan los países desarrollados, y por el aumento de la electricidad y del gas natural, ante la interminable guerra de Rusia en Ucrania.
El tercer y cuarto trimestre mostrarán números negativos en la actividad y en la industria, por lo cual la Argentina también entrará técnicamente en recesión. En agosto, la economía ya estaba estancada, admitió el Indec.
Todos los sectores vinculados con la importación de insumos claves: laboratorios, industrias, automotrices, y la minería, junto al comercio, reclaman una mayor agilización de las importaciones de piezas y de bienes de capital.
Una concesionaria líder, que presentó un nuevo modelo en Córdoba, reconoció que sólo el 30% de las ventas son de autos cero kilómetro. El negocio pasa hoy por los usados, por lo que decidió abrir un nuevo local para este segmento.
La Cámpora ya le sacó a Massa una prebenda en Ganancias para Camioneros y un aumento por encima de la inflación, al tiempo que le impone ahora un bono para fin de año de entre 20 mil y 40 mil pesos.
Massa no parece preocupado por los jinetes que amenazan su gestión, ni por la embestida del kirchnerismo.
El plan “vamos viendo” puede afrontar menos turbulencias con la llegada del Mundial, ante las enormes expectativas puestas en la selección de Lionel Messi.
El alivio para Massa y la interna oficial aún deberá esperar tres semanas, hasta que la pelota ruede en Qatar.