Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. La alarma viene sonando cada tres meses: el empleo y la calidad del trabajo se han degradado, y este dato abre una incógnita sobre qué sucederá con el consumo en el decisivo año electoral que estamos por inaugurar.
Así comienza…
… mi comentario semanal en la edición del domingo de La Voz del Interior. El trabajo o la posibilidad de perderlo figura entre las tres principales preocupaciones de los argentinos, luego de la inseguridad y la inflación.
Precisamente, la desocupación creció en el tercer trimestre al pasar de 7,2 a 7,6%, en tanto aumentó la subocupación demandante (personas que trabajan menos de 35 horas semanales y quisieran trabajar más, o sea ocupados que realizan “changas” –cuentapropistas– o tareas de tiempo parcial).
Pero la situación se agravó: el 35,5% de los asalariados pasó a estar en la informalidad (empleo “en negro”, como se lo conoce comúnmente). En la provincia, la situación es más grave: en el Gran Córdoba cuatro de cada 10 asalariados está “en negro”, mientras que en Río Cuarto afecta a 42,2 por ciento.
¿Qué pasó? Si bien la relación de elasticidad entre crecimiento y empleo se había reducido en los últimos años, la economía dejó de generar trabajo formal desde hace un año.
Los factores que la explican son la caída de la economía (en especial en la construcción y en la industria) desde agosto de 2011. Este año la expansión del producto interno bruto estará entre cero y uno por ciento, según coincide la mayoría de los analistas privados. Las paritarias y un tipo de cambio que se ajusta por debajo de la inflación hicieron lo suyo al determinar un costo laboral en dólares que no puede ser afrontado por las pequeñas y medianas empresas. Esta pérdida de competitividad se tradujo en caída de las ventas (en volumen) al exterior. Las exportaciones cordobesas retrocederán este año cinco por ciento en relación a 2011, estimó el titular de la Agencia ProCórdoba, Gerardo Seidel.
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