Por Claudio Fantini. El tema es la ausencia de Cristina Kirchner. Diversas interpretaciones tratan de explicar por qué se bajó del escenario la Presidenta más escénica de la historia. Esa mujer salió, de repente, de la centralidad visual que tanto aprecia.
La mujer que se expone en sobredosis de cadenas nacionales, con escenografías cuidadosamente diseñadas para resaltar belleza, inteligencia y liderazgo, a veces con público adulador, cautivo, y otras en espectáculos en los que la ovaciona una militancia reducida a club de fans.
¿Qué pasa con CFK?
Según los funcionarios kirchneristas, es ella la que manda. La describen encabezando reuniones, evaluando situaciones, decidiendo medidas y dando directivas para su cumplimiento.
Pero al explicar por qué dejó de verse y escucharse, incurren en una gran contradicción, ya que dicen que se trata de una prescripción médica para evitar el stress de gobernar. Obviamente, a ese stress no lo provoca su adicción escénica sino, precisamente, sostener reuniones, evaluarlo todo y decidirlo todo.
Tampoco convencen las lucubraciones que sobre la ausencia de Cristina hace la oposición y la prensa crítica. La describen abatida, cuando no más cerca del chaleco de fuerza que de sus elegantes vestidos.
En la vereda opositora inventan y en la oficialista se contradicen, pero la verdad quizá esté en una tercera posibilidad.
■ La hipótesis | Sería que Cristina se recluyó para tomar una decisión crucial: moderarse y girar hacia el pragmatismo para superar este entumecimiento con rasgos de colapso que padece ❝el modelo❞, o seguir por el mismo camino en el que se adentró Nicolás Maduro.
¿Qué pasa con Maduro?
El presidente venezolano se debilitó velozmente desde que se sentó en el trono de Chávez. Sin el carisma ni el liderazgo de su exuberante mentor, los distintos déficit se amontonaron paralizando la agobiada economía de Venezuela.
La decrepitud de PDVSA disminuyó el flujo de petrodólares, mientras la caída de la moneda y de la producción pusieron al país entre la espada de inflación y la pared del desabastecimiento.
Puesto en esa encrucijada, Maduro pudo decidir una salida pragmática, tendiendo puentes al diálogo multisectorial y tomando medidas diferentes a las recetas populistas hasta ahora implementadas. Pero decidió algo totalmente diferente: zambullirse en la radicalización ideológica, avanzando hacia la estatización total de la economía. O sea que avanzó hacia la colectivización con planificación centralizada; un camino por el que Chávez no quería avanzar. Para el líder bolivariano, no se debía llegar a ese extremo.
Además, no es eso lo que plantea Heinz Dieterich, el ideólogo del llamado ❝socialismo del siglo 21❞. Por cierto, el sociólogo alemán que tanto citaba Chávez lleva tiempo diferenciándose del modelo venezolano, aunque no está claro si lo que él propone tiene realmente perspectivas de funcionar.
Pero, amén de todo eso, es obvio que Maduro está saliendo del “socialismo del siglo 21” para volver al ❝socialismo del siglo 20❞, a pesar de sus consecuencias (estado policial, totalitarismo, retraso económico) y del colapso final que lo extinguió.
Maduro quiere convertir a Venezuela en Cuba justo cuando Cuba intenta lentamente convertirse en Venezuela.
Chávez tenía en claro que un gran error de la revolución cubana fue la colectivización que erradicó la propiedad privada de los negocios, acabando con la pequeña y mediana empresa. Por eso no avanzaba más allá del estatismo que había creado, de por sí elefantiásico y reñido con el salto al desarrollo.
Esa marcha lentísima y traccionada con petróleo venezolano, es la que parece intentar la isla. Pero Maduro, para llenar el vacío que dejó Chávez y que no puede cubrir con su escuálido y desvariante liderazgo, se zambulló en las profundidades de una ideología que podrá acrecentar temporalmente su poder, dotándolo de un Estado policial, pero difícilmente devuelva vitalidad a la agobiada economía de su país.
¿Será la opción de Maduro una alternativa que merodea las cavilaciones de Cristina?
Será, cuanto menos, una hipótesis, mientras Cristina permanezca oculta.