“El Gobierno argentino sigue con atención la situación en Brasil”, es la diplomática declaración que efectúan los funcionarios que rodean a Mauricio Macri.

Más que el incierto destino político que le espera a Dilma Rousseff y las acusaciones contra Lula (que sí inquietaron a Cristina Kirchner y a Eduardo Duhalde, entre otros ex presidentes de la región), a Macri y su equipo le preocupan el impacto de la crisis de Brasil sobre la economía. El dato más inquietante: la venta de autos a ese país cayó en el primer bimestre en 9.105 unidades. Brasil representa el 83% de las exportaciones y el 34% de lo que se produce en el país (uno de cada tres vehículos va a ese país).

Dilma pierde apoyo entre sus aliados y en la sociedad por la crisis económica y la corrupción | Foto: archivo Turello.com.ar

El economista Dante Sica (Abeceb) ya advirtió que la producción de las terminales cordobesas (Fiat, Renault y las cajas de cambio de Volkswagen) se derrumbará este año 15% por la crisis en Brasil. En comparación con 2013, la menor producción alcanzaría al 42%. “Un desafío para los proveedores autopartistas y su competitividad”, agregó.

A nivel país, en los últimos meses cerraron tres autopartistas por la menor demanda desde Brasil y del mercado interno. La producción del primer bimestre es 27% más chica que la de igual período de 2015.

Por las menores ventas a Brasil, Volkswagen decidió eliminar un turno de producción en la planta de cajas de cambio en Córdoba, al tiempo que puso en marcha un plan de retiro voluntario; en tanto hay problemas en Ford y en Fiat.

La mayor parte de las empresas cordobesas de maquinaria agrícola que había realizado inversiones en Brasil o joint venture (contratos de riesgo), ya se retiraron de ese mercado. No es sólo cuestión de ventas. “Es muy difícil compartir negocios con los brasileños”, graficaron.

La economía del vecino país cayó 3,5 por ciento el año pasado. El FMI había previsto para este año una baja de 1%. Economistas estiman que podría ser mayor.

El problema es que la crisis política torna poco eficaces las medidas contra la inflación, por la desconfianza en la autoridad. Los precios suben alrededor del 7% anual, pero la devaluación del real no para. Ayer, llegó a 4,1128 por dólar, una caída de 5,5% en una sola jornada. En 12 meses, la moneda de Brasil se desploma más de 51%. 

Si bien el peso tuvo una devaluación similar en los primeros 100 días de gestión de Mauricio Macri, la industria argentina perdió competitividad por su mayor carga en impuestos y costos laborales. Si hay menores ventas al vecino país, la actividad podría caer y, con ello, el empleo.

La mala noticia es que ayer la Cámara de Diputados logró conformar una comisión que permitiría iniciar el trámite de juicio político a Dilma Rousseff.