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Por Gustavo Rossi, secretario General de Uecara del Interior. La falta de respuesta del Estado con la apertura de nuevos mercados laborales, no sólo produce necesidades alimentarias y sanitarias insatisfechas, sino dolor y frustración a familias desempleadas, que se ven denigradas cuando el subsidio es la única salida.
Esta situación social es el caldo de cultivo para el narcotráfico que se está adueñando de las barriadas, desde la violencia o en el mejor de los casos con la pseudo asistencia a las necesidades de los vecinos. Pero esa ayuda no es gratuita… la prenda de cambio son los jóvenes, que son empujados a delinquir para pagar la deuda familiar contraída.
Como espacio del trabajo no podemos ser ajenos a lo que pasa. No es en otra ciudad, no es en otro barrio, ocurre en la casa de nuestro vecino. No pretendamos que la delincuencia desaparezca con más policía. La violencia del Estado no es la solución, sino una adecuada política de empleo, de capacitación, de reconversión laboral, es parte de la respuesta digna que la sociedad espera.
Política de empleo: el Estado deberá marcar la matriz productiva para que las inversiones encuentren un mercado concreto y estén dispuestas a llegar, generando una sinergia en la que capital y trabajo pongan en funcionamiento el engranaje productivo de la provincia.
Capacitación: hay que profundizar las “escuelas de oficios” como un elemento indispensable para captar nuevos emprendimientos, que buscan asentarse sólo en regiones donde la mano de obra calificada es la regla y no la excepción. El Ministerio de Trabajo de la Provincia, junto a la UNC, deberá usar las infraestructuras de las escuelas provinciales para capacitar a los trabajadores en oficios y actividades útiles y demandadas. Pero, sobre todo, se los estará dignificando como personas.
Reconversión laboral: este ítem se da en un estadio menos traumático que los dos anteriores, pero no menos atendible. Cuando la tecnificación ingresa al sistema productivo tambalean los puestos de trabajo. La sustitución es casi inevitable, pero la continuidad laboral es posible si con suficiente antelación se pone en marcha la reconversión laboral.
Un ejemplo concreto: el sistema de peajes se va tecnificando, pero –vía capacitación con anticipación- podremos reconvertir al actual empleado peajista en técnico o en otra tarea productiva y necesaria para la operatividad de la compañía.
El trabajo dignifica. La delincuencia no se combate con más policías, sino con más trabajo.