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El Gobierno nacional avanza en la puesta en marcha de la «Súper-card», según el nombre que se da en fuentes oficiales, o la «Moreno-card», como se la conoce de modo general, que se ha convertido en una jugada a varias bandas. La movida afecta a diversos actores del negocio y a la sociedad en general. Veamos.
Aunque no hay información oficial, anoche la presidenta Cristina Kirchner -al hablar de los problemas que tienen científicos argentinos en el exterior que quieren regresar al país- dijo: «Usted Moreno les da una tarjeta», dirigiéndose al secretario de Comercio Interior. Sentado en primera fila, el polémico funcionario festejó la broma de la jefa de Estado, quien dio así un indicio de que la iniciativa está en desarrollo.
6 pistas al menos de esta jugada:
1. Sociedad: las encuestas muestran un amplio respaldo al congelamiento de precios, en momentos en que la inflación alcanzó a 25,5% interanual al 27 de febrero, según www.inflacionverdadera.com. La Canasta Alimentaria Nutricional del CPCE de Córdoba se incrementó a ese mes 28,3%. El congelamientoseguiría hasta después de las elecciones legislativas del 27 de octubre, como ya se anticipó en esta página y lo confirmaron ayer directivos de autoservicios chinos.
2. Supermercados. Una posible reducción en la comisión de la «Moreno-card» -el costo que se paga a los bancos y emisoras de tarjetas- favorecería la competitividad de los grandes locales de ventas, que si bien no reconocen aumentos en los costos de los alimentos, sufren ahora subas en los gastos fijos y en los salarios. Así, estos locales adherirían a la nueva tarjeta.
3. Bancos. Los grandes ganadores del modelo kirchnerista deberán pagar de su bolsillo la reducción de las comisiones y de las tasas de financiación de las tarjetas de crédito. Serían los grandes perdedores de este esquema. El Banco Central, que debería regular estas actividades, no se expresó sobre el proyecto de Moreno.
4. Publicidad. El mantenimiento del congelamiento servirá como excusa para seguir con la prohibición -no escrita- de que los supermercados y grandes locales de venta de electrodomésticos no anuncien en los grandes medios gráficos de la Argentina, con lo cual se pone en jaque su supervivencia, como advirtieron Estados Unidos y la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
5. Caja. El Gobierno, a través del Banco de la Nación, manejaría un multimillonario flujo de caja, que le permitiría encarar sus proyectos con financiamiento barato.
6. Empleo. Este es el costado más negativo, ya que una tarjeta única para comprar en supermercados, electrodomésticos, indumentaria y en estaciones YPF afectará los puestos de trabajo en bancos y entidades emisoras de tarjetas. Entre 50 y 60% de las ventas de los supermercados se efectúa a través de este medio de pago.