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La política argentina marcha hoy al ritmo que le impone la salud de Cristina Kirchner. El sábado último le detectaron un hematoma cerebral, del que será operado hoy. La Presidenta se internó ayer.
Jorge Salvat, neurocirujano del Instituto Fleni, anticipó que este tipo de operación «es de bajo riesgo», aunque la convalecencia puede ser prolongada. Hay incertidumbre sobre cuál el verdadero estado de salud de Cristina Kirchner y el alcance de la enfermedad que la afecta.
El temor de la política es cómo reaccionará el Gobierno ante un esquema de poder concentrado y radial que había impuesto la jefa de Estado para la toma de decisiones.
Las dudas
● La política
Todas las decisiones del gobierno pasaban por Cristina Kirchner. Es de suponer que hasta que se conozca el grado de recuperación, el Poder Ejecutivo prácticamente se paralizará.
El vicepresidente Amado Boudou, al frente del Poder Ejecutivo, es flanco de críticas por las numerosas denuncias judiciales en su contra y la falta de transparencia de sus actos. Máximo Kirchner está disgustado con él y no tiene ascendencia sobre hombres clave del gobierno: Carlos Zannini y Oscar Parrilli.
● La economía
Los cinco integrantes del equipo económico seguirán manejando sus temas con «voluntarismo». Ahora, carecen de la figura que tomaba las decisiones finales. Hernán Lorenzino, Axel Kicillof, Guillermo Moreno, Mercedes Marcó del Pont y Ricardo Echegaray expresan líneas diferentes.
● La campaña
Es una incógnita cómo evolucionará y a quién beneficiará la enfermedad de Cristina Kirchner.
Hay analistas que sostienen que ya la mayoría votó en las PASO contra el kirchnerismo, y que ahora no modificará su voto (Fabián Perechodnik, Poliarquía).
Otros, en cambio, advierten que la «empatía» que genera los problemas de salud de una personalidad pública como la Presidenta, puede favorecer a sus candidatos, pero al mismo tiempo el rechazo que genera Boudou produce un efecto neutro en el electorado (Mariel Fornoni, Management & Fit).