Por Héctor Cometto. La ❝generación Messi❞ ya tiene su mundial. Messi ya tiene su mundial. En las eras del fútbol Brasil 2014 representa definitivamente el post-maradonismo. Estos 30 días ya vividos por Lionel liderando, conduciendo a su grupo hacia la conquista, sintiéndose por primera vez artífice absoluto, tienen que haber significado una vivencia única en su vida.
Messi es un colibrí con la pelota y su vida es así: poco tiempo aquí y otro poco más allá, nunca se detiene en un lugar y menos todo ese tiempo.
Por eso entrega su singularidad, se cohesiona con un equipo que se ha “mundializado” como él, porque hace lo que conviene y no lo que quiere. En la estrategia jamás se hace lo que el rival pretende que se haga. Por ejemplo, exponerse y quedar mal parado para el contragolpe, que es el arma fundamental de Holanda.
Y las señales de la buena fortuna siempre necesarias para ganar un mundial acompañan esas imágenes que lo conmocionan: seguir en Brasil con los originarios Zabaleta, Garay, Gago, Biglia, Agüero, superando adversidades desde juveniles; la entrega que ya sorprende pero aumenta la admiración por Javier Mascherano, ese gran afecto que le dio la selección y el Barcelona. Antes de los penales, Javier Mascherano le dijo a Sergio Romero: ❝Mirame. Hoy te comes el mundo. Hoy te convertís en héroe❞.
Hoy te convertís en héroe http://t.co/8nhrsilikg
— Ariel Tiferes (@Gauyo) julio 10, 2014
Y Romero ataja, Maxi Rodríguez mete, todos festejan, con su hijo en la tribuna, alzado por los brazos de su amor.
Todo cierra perfecto, aunque aún falte lo más importante.■
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