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El amplio triunfo de Daniel Passerini, por más de 50 mil votos, sirvió para consolidar el poder político en la Provincia de Martín Llaryora (gobernador electo y actuación en equipo con el futuro intendente) y en el peronismo.
La noche del triunfo, Llaryora dijo que los cordobeses «están cansados de los pituquitos de Recolecta», que vienen a Córdoba en cada tramo electoral.
Las reacciones a favor y en contra no se hicieron esperar. Hubo dirigentes del interior del país que lo respaldaron, pero cosechó críticas desde Juntos por el Cambio. ¿Qué hay detrás de esa pelea?
La reacción de Llaryora se origina en la noche del triunfo en la Provincia, cuando también estuvo presente buena parte de la delegación de dirigentes porteños que subieron al escenario opositor el domingo último.
Para el equipo del intendente, la elección con Juez se «nacionalizó» por las presencias de Macri y de dirigentes de Juntos por el Cambio en Córdoba.
El intento de repetir la campaña para el Palacio 6 de Julio también fue marcada. Finalmente, la intendencia quedó en manos del aliado de Llaryora.
El gobernador electo siente que está en condiciones de ser el sucesor de los liderazgos que ejercieron José Manuel de la Sota y Juan Schiaretti, en especial a partir de la fuerte apuesta que hizo por Passerini.
Según especulaciones políticas, luego de las PASO, Llaryora haría explícito su respaldo a la candidatura de Sergio Massa, en caso de que Schiaretti no logre superar el piso del 2% de los votos nacionales.
Por contrapartida, el líder de la fórmula de Hacemos Por Nuestro País se inclinaría por un eventual respaldo a Rodríguez Larreta, si supera en votos a Patricia Bullrich.
En esa dirección, dirigió los dardos el actual intendente cuando dijo: «Vienen de visita y todos los días te dan clases de gobernabilidad. Cualquiera gobierna en el distrito más rico de la Argentina».
Ayer, Llaryora redobló su apuesta contra los «pituquitos», basado en la histórica disputa entre porteños y el interior.
“No se ofendan por el ‘pituquitos’, si ustedes ofenden al interior hace décadas”, insistió el dirigente cordobés.
Antes, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, había señalado que ese pelea era una disputa vieja que tenía «más de 150 años en la Argentina».
En forma inesperada, se sumó a esa polémica el ex ministro de Finanzas y ex titular del Banco Central durante la gestión de Macri, Luis «Toto» Caputo, quien rechazó las críticas contra los «pituquitos».
«La política está plagada de boludos como éste, que llegan ahí y creen que tienen que gritar estupideces o agredir para hacerse escuchar o respetar», escribió en su cuenta de Twitter.