Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Halloween, la tradición celta que forma ahora parte de los festejos globales, coincidió con la aparición –simbólica- de nuevos fantasmas que sobrevuelan a la economía, como China y la caída en la venta de los alimentos, señala mi nota dominical en La Voz del Interior.
Se sumaron a los datos reales de la inflación, recesión y cepo al dólar, que el viernes cumplió tres años de vigencia efectiva con resultados desastrosos: se perdieron 20.200 millones de dólares de reservas, la inflación pasó del 16 al 40% anual y apareció la recesión tras crecer “a tasas chinas”. Repasamos los temas.
En medio de la discusión por el plus salarial, Cristina Kirchner dijo: ❝Si los empresarios pueden dar un bono debe ser que no están tan mal❞. Hasta ahora, será pagado sólo por las provincias de Córdoba, Santa Fe, San Luis y La Rioja, ya que los pedidos de gremios privados –UOM, alimentación y AOITA- aún no prosperaron, pese a las negociaciones.
El SMATA lo tiene previsto como parte de la paritaria salarial y el comercio, para diciembre. Salvo en el sector público, donde el trabajador goza de estabilidad y los gremios imponen sus condiciones por disciplina o concesiones políticas, todavía no hay anuncios generalizados de bono.
Las ventas en supermercados y autoservicios cayeron 1,2% en los nueve primeros meses de 2014, según la consultora CCR. La baja no sólo incluye productos de limpieza y cosméticos, sino, básicamente, alimentos. Germán Romero (Centro de Almaceneros de Córdoba) afirma que bajó el consumo de leche, carne y huevos. Las cifras finales del informe mensual se conocerán esta semana; el sector –con fuerte presencia en los barrios- es el que más acusa la caída. El economista Orlando Ferreres calculó que el salario real caerá 3,5%, con una inflación de 39%. El relevamiento de La Voz del Interior mostró una suba de 35% en los últimos 12 meses.
❝El escenario optimista para 2015, es repetir lo de este año❞, anticipa Gonzalo García Espeche, del ICDA de la Universidad Católica de Córdoba. A las pequeñas y medianas empresas les sugirió “cuidar la caja” por la suba de los costos financieros.
El Gobierno se apresuró a cantar como un éxito el swap (intercambio de monedas) con China por un primer desembolso de 814 millones de dólares, en el marco de un acuerdo por 70.000 millones de yuanes (equivalente a unos 11.400 millones de dólares al cambio de viernes: 6,11 yuanes por dólar).
Además del desafío político del alineamiento con China –ya puso una “base espacial” en Neuquén-, el acuerdo abre serios interrogantes sobre el intercambio comercial. ¿Se producirá un desvío del comercio hacia China, que usará los pesos para pagar las importaciones de soja, minerales y petróleo, primarizando aún más las ventas argentinas? Por contrapartida, ¿se liberarán más fácilmente las importaciones de productos chinos, en lugar de los de Estados Unidos o Europa?
Las respuestas son sí, con lo cual un frío recorre la espalda de muchas industrias, que deben soportar altos costos internos y una fuerte presión fiscal. Botones de muestra: la Presidenta viajará a Beijing para rubricar el acuerdo por las represas del sur. Las obras civiles las harán empresas argentinas, pero las compuertas y otras partes industriales vendrán de China y serán instaladas por técnicos asiáticos. Como sucede con los trenes metropolitanos.
El “dulce” de Halloween puede tener un costo alto.