Por Juan Turello, desde Mar del Plata. El ex presidente de Brasil Luis Inácio Lula da Silva cautivó anoche a un auditorio de unos 700 hombres de negocios por su carisma, pero también por sus ideas que lo llevaron a conducir al vecino país entre 2003 y 2010. En ese período, Brasil se convirtió en la sexta economía del mundo; se crearon 17 millones de puestos de trabajo y 47 millones de personas salieron de la pobreza y se incorporaron a las clases medias.
Con voz aún grave, por las secuelas que le dejó el combate contra un cáncer de garganta, y bebiendo mucha agua, Lula (en Twitter: @luisinacio) se llevó varios aplausos de la platea empresaria que asiste aquí al 48° Coloquio de IDEA en su exposición de 90 minutos. Las palmas rubricaron muchas de sus ocurrencias (pidió en dos ocasiones que ni Argentina ni Messi le quiten a Brasil la posibilidad de ser campeón del mundo en 2014), como así también sus ideas.
El aplausómetro se lo llevó la frase en la que dijo que «todos los sectores, chiquitos, medianos y grandes, fueron llamados a definir las políticas públicas del gobierno”, y recordó que uno de los grandes objetivos de su gestión era combatir «la inflación». Las comparaciones con la gestión de Cristina Kirchner -entre susurros- resultaron inevitables por parte de presidentes de compañías, gerentes ejecutivos y responsables de las áreas de finanzas, marketing y comunicación. También instó a crear «empresas binacionales» para hacer frente al mundo.
Lula habría cobrado por su participación entre 150 mil y 200 mil dólares («pero en reales», dicen algunos organizadores). El 48° Coloquio es el de mayor número de sponsors (90) y el de mayor participación de los números uno de las empresas.
El otro gran ganador político de la noche fue José Manuel de la Sota (@jmdls2011), a quien Lula nombró en cuatro ocasiones en su mensaje, además de invitarlo personalmente a posar para los fotógrafos (ver foto central). No asistió Daniel Scioli, como estaba previsto, convocado de urgencia por Cristina Kirchner. Los comentarios apuntaron a que la Presidenta no quiso que el político con mejor imagen de la Argentina se llevara el crédito de la foto con Lula.
De la Sota reveló luego que la relación con Lula se remonta a la época en que fue embajador en Brasil, cuando pese a las derrotas del ex presidente (perdió tres elecciones consecutivas), lo invitaba a dialogar a la sede diplomática. La relación se prolongó cuando comenzó su segundo período como gobernador (2003) y Lula llegaba a la presidencia del vecino país.