Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Sergio Massa no disimula los (des)acoples de su campaña, fruto de la necesidad de defender una gestión que sigue culpando al pasado por sus errores y de poco que ofrecer a sus seguidores, señala mi nota en La Voz. El ministro-candidato se enoja con los periodistas cuando le insisten en señalar que en su primer año al frente de Economía la inflación fue más alta que durante la gestión de Martín Guzmán y que se disparó el valor del dólar. Los precios podrían subir este año entre 114% y 146%, según proyecciones económicas. Veamos.
Entre el 3 de agosto del año pasado y el jueves último, cuando Massa cumplió un año de tribulaciones en el quinto piso, el dólar blue pasó de 298 a 570 pesos, una suba de 91,2%, aún por debajo de la inflación que rondó el 120%.
Massa se desacomoda de su figura de candidato moderado cuando intimida a los periodistas.
Si la inflación mensual es de 6% entre agosto y diciembre, los precios habrán subido en el año 114%; si es del 7% en ese período, el alza llegará a 125%; si es del 8%, tocará el 135%, y si el alza mensual es del 9%, el acumulado será de 146%.
El ministro actual insiste en la herencia que recibió de Mauricio Macri, pese a que el peronismo-kirchnerismo lleva ya casi cuatro años en el Gobierno.
La actividad económica caería este año 3%, pero sólo la mitad o un poco más corresponde a los efectos de la sequía, según el relevamiento de expectativas económicas (REM).
Massa se acopló al discurso de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner de culpar al FMI de todos los males y al eslogan del «desendeudamiento».
Para cumplir con la nueva meta del FMI, la compra neta de dólares que debería efectuar el Banco Central sería de 6.000 millones, según calcula Guido Sandleris, ex titular de la entidad.
Pero Massa demostró capacidad para buscar prestamistas de última instancia, luego de que el Banco Central se quedó sin dólares para pagar vencimientos e importaciones.
En menos de una semana recurrió a la Corporación Andina de Fomento (CAF), a los yuanes que presta China y, el viernes último, a los derechos especiales de giro (DEG) de Qatar.
Con el crédito de Qatar, el Gobierno canceló la cuota de 775 millones de dólares con el FMI, que Massa presentó como un triunfo porque “no se usaron reservas del BCRA para pagar”.
La frase es una autoincriminación de que el Central carece de esa mínima cantidad de fondos para cumplir con el organismo.
Pese al discurso “productivista” del ministro, activado por su secretario José Ignacio De Mendiguren, la industria tiene problemas de escasez de insumos para trabajar y exportar.
La última encuesta de la Unión Industrial de Córdoba (UIC) reveló que el 38% de las fábricas carecen de piezas para su actividad. ¿El mayor impacto? En las industrias de la alimentación y del automotor.
La receta más viable es que seguirá una fuerte restricción de las importaciones o que habrá una devaluación tras las PASO.
La arenga de Massa y de De Mendiguren en la fábrica Mosaicos Blangino, el jueves último, fue recibida con tibios aplausos por el grupo de trabajadores, que se ubicó detrás de las sillas de funcionarios y de militantes. Éstos, respondieron con fervor a las palabras del candidato.
Los dólares que necesita el país para no desacoplarse del mundo pueden provenir de préstamos internacionales (¿a qué nuevo prestamista recurrirá el ministro?) o de los depósitos de los ahorristas (peligroso, podría disparar una corrida).
Lo más seguro es que seguirá una fuerte restricción de las importaciones o que habrá una devaluación tras las PASO.
La suba de los distintos tipos de dólares de los últimos días podría estar sugiriendo que ese es el compromiso (no anunciado) firmado con el FMI.