Por Claudio Fantini. La República Popular  China  ha tomado dos decisiones históricas. Una tiene incidencia sólo en la vida interna del gigante asiático; pero la otra, tendrá un fuerte impacto en el mundo de las próximas décadas. ¿Cuáles son estas decisiones?

 1. Laojiao 

Junto con mayores flexibilidades para fomentar la inversión privada, el Partido Comunista decidió cerrar los campos de trabajo forzado. Su nombre en chino es Laojiao, cuya traducción sería campos de reeducación mediante el trabajo. Pero la realidad los acerca a los campos de concentración.

Cualquier persona podía pasar años realizando trabajos forzados sin condena ni juicio, por simple decisión policial. Las causas de la reclusión iban desde el delito común a la disidencia política.

Tiene lógica que la abolición de este régimen brutal se haya tomado bajo el liderazgo de Xi Jinping. Al fin de cuenta, su padre, Xi Zhongxun, padeció esa reclusión a pesar de haber sido viceprimer ministro y de haber creado y liderado la guerrilla que operó en el norte del país durante la guerra revolucionaria encabezada por Mao Tse-tung y Chou En-lai. En los tiempos de la Revolución Cultural”, el padre del actual líder chino fue acusado de “desviacionismo burgués” por oponerse a prácticas totalitarias. Terminó encarcelado como un malhechor, mientras su familia, incluido el hijo que hoy gobierna, fue condenada a trabajos rurales.

La eliminación de los «Gulags» de Mao podría ser una señal de apertura política, clausurada desde la masacre de Tiananmen, en 1989.

 2. Más hijos 

La otra medida tomada por el PCCH también es una señal de apertura, pero sus consecuencias en el mundo, en las próximas décadas, pueden tener un costado negativo. El liderazgo chino levantó la prohibición de tener más de un hijo por familia. El riguroso control de natalidad regía desde 1979 y, a partir de ahora, el crecimiento poblacional podrá ser el doble de lo que ha sido en las últimas tres décadas.

El crecimiento de la población china, integrado al incremento del poder de consumo que ya hizo aflorar una oceánica clase media, se aceleraría aún más con las nuevas medidas de apertura económica. Todo esto agigantará también la demanda de alimentos al mundo.

Si con el estricto control de natalidad actual hay casi 1.400 millones de chinos que, con capacidad de consumo, modificaron en los últimos años el mapa económico, favoreciendo los términos del intercambio de los países productores de materias primas, esa tendencia podría acentuarse en las próximas décadas. Sin embargo, también se incrementaría el carácter predador que está teniendo en muchos de esos países la producción a los niveles que impone la demanda china.●

Redacción Turello.com.ar

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