Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. El politólogo Sergio Berensztein suele decir que “a Macri le va mejor en la calle que en los medios”, los cuales han poblado sus programas de panelistas, incluidos los de economía, para confrontar sobre los temas de la actualidad, señala mi nota en La Voz del Interior.
Las encuestas le dieron la razón. La imagen presidencial positiva se ubica entre el 55 y 60%, según Management & Fit, GOP y Ricardo Rouvier, entre otras encuestadoras. Las expectativas de que la economía mejore son más altas. La gente quiere que le vaya bien al país, por ende a su situación personal, más allá de quien gobierne.
Cuando las críticas por el tarifazo sobre la electricidad y el gas natural recalentaban el humor social, aparecieron José Francisco López, Ibar Pérez Corradi y las imputaciones contra los principales ex funcionarios del kirchnerismo. El foco se puso entonces sobre la desmesurada corrupción de la anterior gestión.
Al Presidente también le va bien en los tribunales porque, además de esos hechos que indignan a la población, un juzgado acaba de exonerarlo definitivamente en la causa de escuchas ilegales cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El tema pasó inadvertido.
El medio aguinaldo y la mejora en paritarias ayudarán a disimular julio, pero agosto se hará cuesta arriba si las boletas de luz y gas incluyen los aumentos dispuestos por el Gobierno nacional.
Salvo en el campo y la obra pública, los “brotes verdes” tardarán en aparecer en el resto de los sectores.
También hay que decir que provincias y municipios miraron para otro lado. Los impuestos y cargas que cobran sobre ambos servicios también se incrementaron -en valores absolutos- en 400% para los hogares y en 500% para comercios e industrias. Los políticos se golpearon el pecho ante el tarifazo, pero sus gobiernos tuvieron una suba fenomenal en los ingresos que provienen del uso de esos servicios. Nadie asumió el sacrificio de cobrar menos.
La “inflación núcleo” (no contempla servicios, precios estacionales ni regulados) se moderó y la mitad de la población redujo sus expectativas de inflación al 25% para el próximo año, según la encuesta de la Universidad Torcuato Di Tella.
El campo cosecha anuncio de futuras inversiones, pero la industria retrocede. En mayo cayó 3,6%, según Fiel. El peor sector: bienes durables: casi 11%. En cinco meses, la industria produjo 1,9% menos que en igual período del flojo 2015. Hasta la venta de cero kilómetro habría retrocedido en junio. El índice de actividad de Orlando Ferreres mostró una baja de 1,2% en el primer cuatrimestre.
La incertidumbre aún demora las decisiones de consumo. Un dólar bajo ayuda a contener las expectativas de inflación, pero golpea a la producción interna. Las cantidades importadas aumentaron 9% en los primeros cuatro meses. La falta de competitividad de la industria es notable: el déficit de la balanza comercial de las manufacturas de origen industrial (MOI) llegó a 32 mil millones de dólares en 2015. China explica un tercio de ese rojo, advierte la UIA.
Salvo en el campo y la obra pública, los “brotes verdes” tardarán en aparecer en el resto de los sectores.