Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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La muerte de Hugo Chávez inaugura un reacomodamiento del tablero político latinoamericano. ¿Será su sucesor Rafael Correa, Dilma Rousseff o Cristina Kirchner? A la par del papel que pueda jugar la Presidenta, ¿cómo impactará en la economía local y en las empresas?
La actividad económica en la Argentina se ha vuelto dependiente de la importación de combustibles (naftas y gas), que serán aún más necesarios si se produce una recuperación en el nivel de actividad en relación a 2012. Si bien nuestro comercio exterior depende fundamentalmente de Brasil y China, Venezuela es clave para la llegada de combustibles. El año pasado, el déficit en la balanza energética llegó a 2.500 millones de dólares, según el último informe del CPCE de Córdoba.
Energía por alimentos ha sido el eje de la relación comercial entre la Argentina y Venezuela, que cerró 2012 con un superávit en favor del mercado local de 2.260,1 millones de dólares, sin contabilizar las importaciones de fuel oil y gasoil.
Varias empresas argentinas tienen negocios con el país caribeño. En fecha reciente, el ministro Julio de Vido viajó a Caracas para poner en marcha el sistema de televisión digital, similar al TDA, que se fabrica en nuestro país.
Pauny: la fábrica de maquinaria agrícola de Las Varillas pudo crecer y desarrollarse en base a los primeros contratos que firmó con Venezuela, donde instaló una ensambladora (en la foto Hugo Chávez inaugura la planta en una zona agrícola). «Tenemos contratos con Venezuela y los vamos a cumplir, porque ellos han sido muy importantes para nosotros; además, estamos negociando nuevos contratos», resumió anoche José María López, directivo de Pauny, ante esta página. La empresa de Las Varillas prevé este año fabricar unos 1.800 tractores, de los cuales 600 irían a Venezuela, para lo cual acaba de incorporar 30 personas, con un plantel total de unos 600 trabajadores.
Sancor: Hugo Chávez fue clave para el salvataje de la principal cooperativa láctea del país, cuando los efectos de la crisis 2001-2002 la puso al borde de la quiebra. Una negociación directa entre Néstor Kirchner y Hugo Chávez permitió salvar la láctea con sede central en Sunchales, Santa Fe, pero con fuerte influencia en la producción tambera del este cordobés. Chávez aportó los dólares para hacer frente a la deuda financiera, que Sancor debe cancelar con productos lácteos.