Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. La estrategia económica del Gobierno nacional pasó del vamos viendo a pateamos para adelante. Y todo en medio de una posible tercera ola del Covid-19, según pronostican especialistas en salud y en inmunología; de una inflación elevada y de la precariedad del empleo, señala mi nota en La Voz. De qué se trata.
Martín Guzmán sorteó el default con el Club de París con el pago de 430 millones de dólares, que construyó un “puente” hasta el 31 de marzo de 2022.
Previo al convenio con el Club de París, Argentina deberá cerrar un acuerdo con el FMI, como señala el texto refrendado para otorgar el plazo de gracia.
El cierre con el FMI no llegará antes de las elecciones legislativas del 14 de noviembre. Tras los comicios, dependerá de cómo el Gobierno reaccione al resultado de las urnas.
Para el mundo financiero, el país pasó -sin escalas- de mercado emergente a un “mercado solitario”, como lo establece la calificación standalone del MSCI. Lamentable.
En términos prácticos es la traducción de que los inversores globales se hartaron del país, encerrado en sus idas y vueltas sobre el capital privado, en el interminable cepo al dólar y en la falta de señales claras sobre el rumbo económico.
Se preguntan: ¿cuál es el modelo? ¿El de una economía de libre mercado, el de una economía con control total del Estado, el modelo chino o el del autoritarismo político y económico de Venezuela?
Los analistas prevén un fuerte impacto en la cotización de las empresas y en mayores dificultades para acceder al financiamiento. La banca JP Morgan estima una salida de 600 millones de dólares en inversiones locales.
El Gobierno sumó otro desacierto: dispuso la reapertura parcial de las exportaciones de carne, que podrían aportar unos 1.400 millones de dólares.
Son los fondos que se necesitan para pagar las importaciones de gas natural licuado (GNL). La producción de gas caería este año 12,5% en relación con 2019 (prepandemia), según el cálculo de José María Rodríguez (Ieral-Fundación Mediterránea). Hubo autoabastecimiento en 2018.
De cómo se resuelva la inflación reprimida, el cepo al dólar y el acuerdo con el FMI, se sabrá si la Argentina se sumerge en una crisis mayor o transita un crecimiento sustentable
Casi insignificantes para el mundo, el Gobierno se concentra ahora en poner pesos en el bolsillo de los consumidores, con el objetivo de que esa sensación pasajera de bienestar mejore los pronósticos electorales de las primarias del 12 de septiembre.
Solo en el mes de julio el mercado se encontrará con unos 350 mil millones de pesos extra, entre aumentos salariales y el festival de bonos (jubilados, beneficiarios sociales y sectores en crisis), además del reintegro de la primera de las cinco cuotas de Ganancias.
La inflación estimada para los próximos 12 meses es de 51,4%, según la encuesta del CIF-Universidad Di Tella.
La incertidumbre ya llevó a muchos a refugiarse en el dólar: el blue pasó en pocos días de 158 a 174 pesos. .
El economista José Simonella describe así el posible uso de los fondos extra: “Antes de destinarlos a un plazo fijo tradicional (rinde 3% mensual), conviene satisfacer el consumo reprimido o ‘llenar la heladera’. Las familias que quieren dormir tranquilas ante la incertidumbre, suelen refugiarse en el dólar”.
Casi uno de cada cinco trabajadores tiene problemas de ingresos. El 10,2% está desocupado (en el Gran Córdoba alcanza al 14,8%), mientras que el 8,7% de los ocupados es demandante, es decir, quiere trabajar más para aumentar sus ingresos.
El “pateamos para adelante” incluye una intensa agenda para Martín Guzmán tras las elecciones.
De cómo resuelva la inflación reprimida, el cepo al dólar y el acuerdo con el FMI, se sabrá si la Argentina se sumerge en una crisis mucho mayor o comienza a transitar un sendero de crecimiento sustentable.