Por Claudio Fantini. La crisis institucional en Perú muestra una fortaleza del país andino, aunque suene como una paradoja, mientras que, del mismo modo, las fortalezas de Mauricio Macri en la Argentina muestran su debilidad.
Los peruanos amanecieron el martes con dos presidentes, lo que equivale a no tener ninguno. Finalmente, anoche, Mercedes Aráoz, la mandataria elegida por el Parlamento y vicepresidenta de Martín Vizcaya, renunció a su cargo. Veamos las dos situaciones.

En forma paralela, Mauricio Macri terminaba de entender que el triunfo de Cambiemos en Mendoza, en lugar de mostrar que aún tiene fortaleza política, lo que exhibe es una debilidad que a esta altura pone en duda incluso que pueda liderar la oposición si como preanunciaron las PASO y, por ahora, confirman las encuestas, pierde la elección presidencial.

¿Qué fortaleza puede mostrar Perú, que el Congreso y el presidente se hayan destituido mutuamente? La fortaleza de su rumbo económico.

Con un récord de mandatarios presos, Perú empieza a tener algo en común con la Italia de la segunda mitad del siglo 20. Gobernado por la coalición “pentapartita” que nucleaba a los partidos democristiano, socialista, radical, socialdemócrata y republicano, la regla era la crisis política, pero la economía avanzaba por otro andarivel.

Perú lleva años de crisis política que parece no frenar el crecimiento de su economía. Está preso Alberto Fujimori; Alejandro Toledo lo estará si regresa al país; pasó por la cárcel Ollanta Humala y la ex primera dama Nadin Heredia; Pedro Pablo Kuzcinski fue destituido y terminó en prisión domiciliaria y Alan García se suicidó cuando el caso Odebrecht lo empujaba hacia la prisión.

Todo eso pasó sin que la economía se viera afectada. Falta ver si muestra ahora la misma fortaleza, mientras la política vuelve a convulsionarse por un presidente que disolvió el Parlamento y, a renglón seguido, fue suspendido por ese cuerpo legislativo.

Las bibliotecas jurídicas se dividen, con constitucionalistas que le dan la razón al Congreso, mientras que otras sostiene que el presidente interpretó y aplicó correctamente el artículo 134 de la Constitución de 1993, al disolver el Parlamento y convocar a una elección legislativa dentro de los próximos cuatro meses.

El choque de poderes se dio por el Tribunal Constitucional, sobre el cual el fujimorismo procura designar sus miembros y Vizcarra intenta un procedimiento de designación más resguardado del partidismo. Pero los ojos de los inversores del mundo y del propio Perú estarán en la economía, para ver si su crecimiento sostenido sobrevive también a este nuevo tembladeral político.

Macri no pudo festejar como propio el triunfo en Mendoza; la UCR se alejó del presidente | Foto: archivo Turello.com.ar

Paralelamente, en Argentina, el oficialismo festejaba la victoria en Mendoza y al mismo tiempo comprendía que el triunfo del Cambiemos mendocino sobre Anabel Fernández Sagasti, la candidata de Cristina Kirchner y Alberto Fernández, lejos de ser una señal de vigor político de Macri, parece otra señal de su debilidad. Los candidatos de Cambiemos logran notables triunfos cuando van en la boleta sin Macri, y sufren tremendos fracasos cuando el presidente encabeza la lista.

El gobernador mendocino Alfredo Cornejo y su candidato, Rodolfo Suárez, se habían desmarcado de Macri. Cornejo criticó el intento de reelección.

La relación entre resultado y vigor político del presidente es tan grande, que el notable triunfo de Cambiemos en Mendoza dejó a Macri incluso más lejos de poder encabezar la oposición al próximo gobierno.

Como ocurre desde hace tiempo, en la Argentina nadie gana una elección, sino que hay alguien que la pierde.

Redacción Turello.com.ar

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