Por Héctor Cometto (Periodista deportivo, comentarista en los ciclos informativos de Teleocho Córdoba). El Boca-River récord del último sábado ha sido el signo vital de un protagonismo cordobés renovado, ya anticipado con la Selección.
En su momento, el fútbol de verano se extinguió en Córdoba…
… porque la plaza no respondía, según los organizadores. Esta temporada, el Belgrano-Talleres llevó más gente que los superclásicos en Mar del Plata y Mendoza, y la Copa Córdoba fue el torneo de mayor recaudación.
Se combinan varios factores: la revolución de Belgrano con el «Monumentalazo», el orgullo tocado de Talleres, el esplendor del Kempes.
Sobre este último ítem, en un momento se dudó sobre su verdadera utilidad, si iba a ser necesaria la inversión de su reconversión, y en todo caso si no era excesiva. Hoy, es imprescindible, es el principio y el fin de los megaeventos, hasta extradeportivos. Ha sido una gran obra.
Ya se habla de un torneo internacional en invierno, y hasta la organización de la Copa Argentina, que en un momento pensaba llevarse el clásico Talleres-Belgrano a otra provincia si el Gobierno no pagaba un canon y cedía gratis el Kempes. Ahora, se hará aquí en marzo, luego del adelanto del estadio colmado en un amistoso, sacando cuentas de lo que será un choque por un torneo oficial, hoy por hoy el único que los puede enfrentar en la órbita de la AFA.
Otro golpe de protagonismo lo dio Atenas en el Polideportivo, con 3.800 personas en el retorno de Fabricio Oberto, celebración de bienvenida al más grande jugador de la historia y aplauso a un gesto de amor incondicional por los colores que le dieron todo.