De aquí al 11 de septiembre, a las 8 de la mañana, quedan poco más de 10 días de campaña para que los cinco principales candidatos, según las distintas encuestas, capturen la voluntad de los ciudadanos para la elección del intendente de la Ciudad de Córdoba, el 13 de septiembre.
En las iniciativas de Ramón Mestre (Juntos por Córdoba), Luis Juez (Fuerza de la Gente), “Tito” Dómina (Unión por Córdoba), Tomás Méndez (Movimiento ADN) y Daniel Giacomino (Frente para la Victoria) hay puntos elogiables.
Sin embargo, en materia del empleo municipal y de las soluciones de los grandes problemas de la ciudad –cloacas, iluminación, estado de las calles y del tránsito- asoman promesas grandilocuentes, que ya se repitieron en el pasado. Además, son muy costosas para el actual estado de las arcas municipales y la falta de crédito a la que está sometida la Argentina. Repasemos:
Está primero en todas las encuestas. Tiene a su favor la fragmentación de la oposición en al menos cuatro candidatos destacados y el último mes de gestión, plagado de inauguraciones y anuncios. La pavimentación de calles y la habilitación de desagües y cloacas en ciertos sectores tienen un ritmo que no se conoció en sus casi cuatro años de gestión. Mantendrá la recolección privada de basura, incorporará 350 nuevas unidades de transporte y promete la obra vial más ambiciosa: refuncionalizar la plaza España. ¿Qué le falta? Enfrenta la desconfianza de los vecinos por las escasas realizaciones durante su gestión. Pese a las obras en la periferia, Juntos por Córdoba no ganó en esos barrios el 5/7 y el 9/8.
Segundo en la mayoría de las encuestas, en otras está a la par de Tomás Méndez, según una muestra encargada por ADN. Sigue conservando ascendencia en los sectores más populares. Con el asesoramiento de Olga Riutort apuntó a las principales quejas de los vecinos: por caso, mejorar la atención de la salud en los barrios periféricos y que los empleados municipales trabajen en doble turno, de 8 a 20. Sorprendió con la rebaja del 25% al Inmobiliario y el no cobro de la ITV en 2016. La principal obra: duplicar la planta de cloacas de Bajo Grande. ¿Qué le falta? A las críticas a su gestión en 2007-11, le agrega la desconfianza de los niveles medios que preferían a Olga Riutort como candidata.
Pelea con Giacomino el voto de los que pretenden romper la polaridad Mestre-Juez. Tiene el apoyo de algunos sectores y empresarios vinculados al kirchnerismo. Acienta su imagen en las históricas denuncias de corrupción que realizó a través de los programas televisivos. Promete erradicarla de las prácticas municipales y anuncia la eliminación de 200 cargos jerárquicos del Palacio 6 de Julio. No tiene grandes promesas electorales. ¿Qué le falta? Es un candidato desconocido para la política y su capacidad de administrar en el Estado.
Arrancó muy abajo. Está cuarto en las encuestas, pero en las dos últimas semanas imprimirá un fuerte tono a la campaña, junto a De la Sota y Schiaretti, el gobernador electo, de quien dependen las futuras obras en la ciudad, dado el actual déficit municipal. Principales obras: cinco puentes y la habilitación de 10 mil lotes para facilitar la construcción de viviendas. ¿Qué le falta? Vencer la resistencia de la Ciudad al PJ (sólo ganó en 1999, con un candidato liberal); un discurso más duro hacia Mestre, más allá de su capacidad para evaluar problemas y soluciones.
Está quinto en la intención de voto, y -a diferencia de Dómina- los fondos de su gestión vendrían de la Nación, para lo cual necesita del triunfo del kirchnerismo en los comicios presidenciales. El concepto fundamental es estatizar tanto el servicio de recolección de basura (volverá la Crese) como del transporte urbano (a cargo de Tamse). Al mismo tiempo, con apoyo de la Nación, retomará los proyectos de subterráneo y del ferrourbano. ¿Qué le falta? Superar la desconfianza que provoca el kirchnerismo en Córdoba: para gobernador logró el 17%; en las PASO el 15% y La imagen de su gestión 2011-15 no es buena.