Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. ¿Fue 2017 un buen año económico? Sí, aunque no todos los argentinos ni todas las actividades tuvieron el mismo pasar. La inflación indomable terminó siendo la protagonista. Como en el GPS, recalcular o recalibrar es la nueva estrategia del Gobierno. La suba de los precios en torno del 24% prendió las alarmas sobre los objetivos del Gobierno.
La receta -tasas altas- desalienta la inversión. Ahora, los rendimientos bajarán unos puntos luego de que el ministro Nicolás Dujovne recalibrará la meta inflacionaria a 15% para 2018. El sinceramiento fue bien recibido por los agentes económicos internos. ¿Qué tener en cuenta?
Dos datos
“Es una locura querer bajar los precios con la tasa de interés; la Argentina es uno de los países más cerrados del mundo, por lo que la competencia externa no existe”, razonó un funcionario provincial.
Los ahorristas no le creyeron al Gobierno y corrieron a refugiarse en el dólar. Es posible que baje en el mediano plazo –por la toma de deuda por 30 mil millones de dólares y una buena cosecha-, pero la fiebre de los últimos días despertó la memoria de los argentinos.
Macri terminará su gestión en 2019 sin la inflación de un dígito, que prometió, aunque el sinceramiento de metas fue bien recibido.
La actividad creció 2,8% hasta octubre último, según datos del Indec. Es posible que el resultado final esté en torno del 3%, con lo cual la economía se recuperó de la caída en 2016 y se situó a niveles de mediados de 2015, el pico de los años recientes.
¿Cómo le fue al empleo? Hasta octubre se habían registrado 6.247.700 asalariados en el sector privado, 72.300 más que en igual mes de 2016 y 20 mil por encima de diciembre de 2015.
En la comparación interanual, entre las provincias con más crecimiento se ubica Córdoba (3%), de acuerdo con los aportes registrados ante la AFIP y difundidos por el Ministerio de Trabajo de la Nación. La cadena agroindustrial, además de la construcción, facilitó la incorporación de trabajadores en Córdoba y Santa Fe.
El dolor de cabeza sigue siendo la industria manufacturera en general, que acusa en noviembre una caída de 1,9% interanual, de acuerdo con la Encuesta de Indicadores Laborales.
El otro lado negativo de la moneda. Pese al crecimiento, creció el trabajo “en negro”. Casi el 35% de la fuerza laboral se encuentra en esa situación. El Gobierno espera el blanqueo de 200 mil posiciones con la reforma, que se tratará en marzo.
La gestión de Juan Schiaretti –acicateada por el resultado electoral y el proyecto de reelección- anunció que invertirá 2.239 millones de dólares en obra pública sólo en 2018. El plan total alcanza a 5.676 millones. Ricardo Sosa tendrá un rol clave: conjugará la toma de créditos y los proyectos de obras.
Schiaretti hizo punta en la reducción de las alícuotas del Impuesto a los Ingresos Brutos sobre siete actividades. El recorte en la carga fiscal va del 10 al 29% en servicios y llega al 38% para la construcción (pasa de 4,81 a 2,99 por ciento). Los intereses de los créditos bancarios no pagarán Ingresos Brutos.
La imagen positiva de Macri cayó entre 9 y 12 puntos por la reforma previsional, que –al igual que el tarifazo en gas y luz de 2016- corre el riego de frenarse en los tribunales. La oposición y los actuales beneficiarios podrían frenar el recorte de unos 70 mil millones de pesos.
El castigo a jubilados y beneficiarios de planes sociales tuvo un déficit: faltó el ajuste de la política, más allá de que los autores de la violencia descreen de la democracia representativa y del mercado.
El ajuste en los servicios será fortísimo. La quita en los subsidios del Gobierno nacional será del 16,2% sobre lo abonado este año, según el Presupuesto 2018.
Las subas en la luz (Epec ajustó 34% este año), el gas y el transporte le quitarán poder de compra a asalariados y jubilados.
El Gobierno espera una inflación de 15%, pero los trabajadores de Aerolíneas –una empresa del Estado- firmaron por 17%, más un bono, lo que redondearía una mejora del 20 por ciento.
Asoma un año clave para la gestión económica de Macri, que decidirá su suerte para la elección de 2019.
También será un año clave para saber cuánto bienestar recuperarán los argentinos.