Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Dos gestiones clave del Gobierno, aunque negadas por sus interlocutores, le dieron un alivio frente al paro de los gremios opositores convocado para este jueves. Un gremio clave –UTA, que moviliza el transporte urbano- no adhirió, lo cual mejorará la asistencia de quienes no quieren perder el presentismo.
Las centrales sindicales convocantes admitieron que realizarán piquetes para reforzar la adhesión.
El hecho de que haya fútbol intenta demostrar que será una jornada normal («todo está bien») para la óptica del gobierno de Cristina Kirchner. Sin embargo, el gremio que agrupa a los trabajadores de los clubes (UTEDYC) adhiere al paro.
La protesta de las centrales sindicales opositoras –la CGT de Hugo Moyano y la de Luis Barrionuevo, y la CTA de Pablo Micheli (para por 36 horas desde este miércoles al mediodía)- tiene como ejes los reclamos contra el Impuesto a las Ganancias y por la seguridad de los trabajadores.
Habrá problemas para movilizarse en aviones y trenes, además del transporte interurbano de Córdoba (nucleado en AOITA). El paro será activo en esta Capital por parte de Luz y Fuerza y de los municipales (SUOEM). Tampoco habrá bancos.
La actividad, en cambio, será normal en la administración pública provincial y por parte de los docentes de escuelas públicas y privadas.
El Gobierno postergó para el lunes la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, con el objetivo de disponer un aumento del 30% en el haber básico.
Jorge Capitanich, quien había acusado a los gremios opositores de ser financiados por los fondos buitre, se corrigió y dijo que los sindicatos actúan lealmente en sus reclamos. Barrionuevo como Elisa Carrió cuestionaron con dureza al jefe de Gabinete.