Por Juan Turello. ❝¿Cambió algo?❞, preguntó un empresario, tras otra semana de un intenso bombardeo informativo en temas económicos. ❝Todo igual. Tenemos inflación, recesión y cada vez es más difícil conseguir dólares❞, respondió -con ironía- un reconocido colega de la zona sur, comienza mi nota en La Voz del Interior.

Kicillof y sus funcionarios con la UIA: la caída en la actividad se profundizó en septiembre | Foto: archivo Turello.com.ar

La inflación a septiembre (últimos 12 meses) fue de 41%, la más alta de los últimos 23 años. En el año, se aproxima al 30%, unos puntos por debajo del acuerdo promedio de las paritarias, lo que moviliza a los gremios en pos del bono o plus de fin de año.

El bono de fin de año será una realidad, más allá de las palabras del secretario de Comercio, Augusto Costa, quien dijo que ❝el plus no correspondía porque el salario real no se había afectado❞,. La frase puede interpretarse como parte de una estrategia para contener otros reclamos. ❝Si ahora damos el plus, en un mes nos piden otro aumento❞, razonó un funcionario entrenado en los reclamos gremiales.

La actividad retrocedió 2% hasta septiembre, según Orlando Ferreres. El economista Ramiro Sosa Navarro (Bolsa de Córdoba) afirma que la caída anual será de 2,1%, la que se profundizaría en 2015 si no hay acuerdo con los fondos buitre. Y lanza la advertencia maldita para el kirchnerismo: ❝Más tarde o más temprano y, haya acuerdo o no con los holdouts, va a ser necesaria una devaluación para corregir el atraso cambiario❞”.

La presión sobre el dólar blue volverá desde noviembre: el déficit estimado por el Instituto de Economía de la Bolsa llegaría a 278 mil millones de pesos. Semejante invasión de pesos no podrá ser contenida por la producción (la industria retrocede hace 13 meses) ni por la importación (muy limitada).

En palabras simples: lo mejor para 2015 sería un empate con 2014; lo peor sería que sigamos cayendo.

El cepo al dólar se ajustó otro punto. El Banco Central limitó a 120 días el pago anticipado de importaciones, medida que afectará a la producción, en especial a la industria automotriz que prevé al menos con un año de anticipación el ensamble de modelos en el país. Además, limitó la repatriación de la inversión extranjera directa realizada con posterioridad al cepo, que el 31 cumplirá tres años.

En palabras simples (parte dos): la actividad fabril –que justifica entre el 70 y 80% de las importaciones- no reaccionará, con impacto negativo en el trabajo.

La demanda laboral cayó en septiembre, pero más aún entre el personal no calificado: 53%, según el índice del CPCE de Córdoba. En ese grupo están los sectores medio-bajo y bajo, que además son los que más sufren la inflación.

Nada nuevo, pero demasiados datos para seguir preocupados.

Juan Turello

Periodista. Escribe en Turello.com.ar y participa en Los Turello (Canal C, Córdoba). Columnista económico en el diario La Voz del Interior y en el programa "Pura Verdad" (Radio Pulxo, 95.1). Realizó coberturas en el país y en el exterior. Jugó al fútbol; ahora practica golf.