Los Juegos Olímpicos de París 2024están días de su inicio y la expectativa crece entre los...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Claudio Fantini. La fiesta que hizo Cristina Kirchner para agasajarse a sí misma con la devoción de artistas y de periodistas es peor -en términos de ética pública- que el festejo del cumpleaños de Fabiola Yáñez en Olivos, con la presencia del presidente Alberto Fernández, quien había prohibido ese tipo de reuniones a los argentinos. A diferencia de ésta, la fiesta de la vicepresidenta no fue ilegal. Pero fue obscena. Veamos.