Por Claudio Fantini. Fue un terremoto con epicentro en Brasilia. Cuando el tembladeral cesó, el gobierno seguía firme y el liderazgo de Lula da Silva estaba en pie y sin rasgaduras. En cambio, la imagen de Jair Bolsonaro quedó rasgada y tambaleando, como a punto de derrumbarse, en el sorprendente Brasil. ¿Cuáles fueron las primeras consecuencias políticas de lo que sucedió el 8 de enero?