Por Claudio Fantini. De no tratarse del país en el que, cada tanto, un “loco suelto” causa masacres o magnicidios, el ataque en la disco gay de Orlando (que dejó un saldo de 50 muertos y 53 heridos) habría mostrado de inmediato la firma del ultraislamismo. Ayer, el presidente Barack Obama negó que fuera un atentado del Estado Islámico y afirmó que se trató de un acto de «terrorismo interno».