Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Sergio Mabres. Tinder es un sitio y también una de las aplicaciones (apps) móviles más populares para concretar citas y, en algunos casos, encontrar pareja. La usan las personas solteras de ambos sexos, y por supuesto, también los casados «recibidos de pirata» en la universidad de la trampa.
Las personas deben registrarse brindando algunos datos básicos como: nombre, ciudad, sexo, orientación sexual, edad y una foto. La foto es clave ya que gran parte de los que usan Tinder definen si le gusta una persona por su imagen. Cuando dos usuarios ven sus respectivas fotos y hacen clic sobre el ícono del corazón indicando que les gusta, Tinder arroja el mensaje “It’s a Match” y habilita el contacto directo entre ellos, para que chateen en vistas de arreglar una futura cita, car a cara.
Además, si el usuario ha relacionado Tinder con Instagram o Facebook se podrá ver su perfil en esas redes sociales, las fotos publicadas y averiguar si hay amigos en común.
Para las mujeres el factor más importante es la seguridad, mientras que para los hombres sin compromiso, la variedad. Aquellos casados, o en pareja, por supuesto prefieren a la confidencialidad por encima de cualquier otro atributo.
Desde hace mucho tiempo hay sitios para encontrar pareja. ¿Pero por qué el éxito ahora? Los sitios anteriores usaban cálculos muy complejos de compatibilidad entre larguísimas listas de intereses que había que llenar. Tinder cambió todo esto a una simple pregunta: «¿Te gusta o no te gusta lo que ves en la foto?«.
A caballo de su simplicidad y su integración con Facebook-Instagram, Tinder ha logrado crecer rápidamente y convertirse es un boom mundial, aunque en Argentina, está dando sus primeros pasos. Según una encuesta de TN publicada en su sitio web, 1 de cada 4 de sus lectores online admitieron tener la app.
En general, mientras más grande es la ciudad mejor funciona el sistema. Se puede usar para matar la soledad en el lugar donde uno vive o en la ciudad que se visita. En algunas plazas es tan exitoso que ha cambiado la forma en que hombres y mujeres se relacionan. No sólo cómo se descubren, sino también las prácticas de la seducción.
Un reciente análisis de la revista Vanity Fair denuncia la pérdida del romanticismo por Tinder, donde el nuevo juego de los hombres pasa por “quién se acostó con más chicas”. En el artículo un usuario de Tinder cuenta: “jace algunos años se podía hablar con dos o tres chicas por semana en un bar y con suerte escoger la mejor; hoy podemos deslizar 200 perfiles de Tinder en un día y terminar saliendo con tres en una semana, y probablemente durmiendo con todas ellas”. Si esto es cierto, el contador del juego marcaría a unas 100 mujeres por año.
La cantidad de perfiles disponibles (algunos falsos) y este muy efectivo método de selección, casi industrial, parecen estar matando al romanticismo, la seducción y la galantería. Las mujeres fruncen el ceño. ¿Les gustará lo que está pasando con Tinder? o ¿se estarán preparando para responder y boicotear a Tinder?