Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. La semana que pasó dejó tres fotos que muestran los problemas de la economía que serán una pesada mochila: el reclamo por Ganancias, el movimiento turístico como indicador de la coyuntura y la desaceleración de la inflación (cierta, pero por caída de la actividad), señala mi nota en La Voz del Interior.
El paro por Ganancias fue contundente, apoyado por los gremios del transporte y los sectores afectados por un impuesto que supone “cazar en el zoológico”. Es más fácil cobrarle a unos 3 millones de trabajadores –entre asalariados, autónomos y jubilados- que plantear una reforma impositiva que no castigue los ingresos mínimos para un nivel de vida aceptable. Los especialistas coinciden en que el mínimo no imponible y las deducciones permitidas han quedado desactualizados en relación a la inflación.
La distorsión quedó patentizada en la recaudación de marzo: Ganancias fue el impuesto que más aumentó: 40,2% en relación a un año atrás. Algo no está bien con la excesiva presión fiscal en la Argentina.
El turismo de Semana Santa, al igual que el del 23 y 24 de marzo, es usado por el Gobierno como demostración de que todo anda bien. Es un dato relativo. Este fin de semana se movilizaron 2 millones de personas. En el anterior, 980 mil. Aun suponiendo que fueran dos contingentes distintos, equivalen al 7,5% de la población o a uno de cada 13 argentinos.
Los 12 restantes permanecieron en sus hogares. De estos, tres –el 25%- están sumergidos en la pobreza y la miseria, según institutos privados. El Indec ya no los informa y el jefe de Economía, Axel Kicillof, considera que si se los contara, sería “estigmatizarlos” con el rótulo de pobres (aunque existen).
La tercera foto está vinculada al cierre de locales emblemáticos. La librería de Gerardo Barrios, que prometía en Río Negro no aumentar los precios, pese a la suba de los proveedores. Endeudado y sin la ayuda de los políticos que propagandizaron su actitud en Fútbol para Todos, debió cerrar. Lo mismo sucedió con el local de El Pungo, en La Cumbre. No pudo soportar la suba en el costo de los espectáculos.
❝El paro por Ganancias, el movimiento turístico y el cierre de comercios emblemáticos desnudan la coyuntura real❞.
Las tres imágenes están hilvanadas por una causa común: la inflación, que sigue siendo alta pese a que se desaceleró las últimas semanas. Al 19 de marzo último, el último dato registrado por www.inflacionverdadera.com, la suba de los últimos 12 meses era de 27,4%. Cuatro meses atrás –el 24 de noviembre- el alza interanual rondaba el 42%.
Influyen la caída en la economía y el “factor dólar” (inmovilizado por el Gobierno, aunque sacrifica nivel de actividad). El índice de Orlando Ferreres cayó mes a mes en el último año. Hace 15 meses que la industria retrocede. Kicillof culpa a la crisis externa y a Brasil, pero también hay factores internos. La inflación es clave.
Para certificarla, los bancos pidieron que Cristina Kirchner admita imprimir billetes de 200, 500 y 1.000 pesos. Además de razones prácticas, mejoraría los costos de la economía.
Y el marco para todas las fotos: la inflación de 2015 será del 25%, con estancamiento, estimó Ramiro Sosa Navarro en el balance de la Bolsa de Comercio de Córdoba.