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Por Juan Turello. Al igual que la simpática película Una serie de eventos desafortunados, el gobierno de Cristina Kirchner pareció imitar a la ficción con un conjunto de medidas desafortunadas (dólar, tasas, fondos buitre, Ley de Abastecimiento), señala mi nota dominical en La Voz del Interior.
Éstas, agravaron la crisis social e impactaron en el dólar, las tasas, la pelea con los fondos buitres y en torno de la futura Ley de Abastecimiento. Repasemos.
En un contexto de incertidumbre y en medio de la pelea con los fondos buitre, Axel Kicillof impuso una rebaja al 25,8% en la tasa que paga el Central para tomar dinero de los bancos. Resultado: las tasas al público oscilan entre 18 y 22%, la mitad de la inflación esperada. Por ende, los ahorros se dispararon al dólar blue, que cerró en 13,20 pesos, una suba del 29,8% en relación a enero. Los movimientos en torno del dólar siempre provocan el mismo resultado: paralizan decisiones de compra y venta, más aún de inversiones.
■ La inflación –en torno del 40% interanual- hace estragos en el poder de compra de asalariados y jubilados.
■ Para las pequeñas y medianas empresas de la Zona Norte de la ciudad de Córdoba la caída en la actividad llega al 20%, explica su titular, Roberto Barbieri. Las terminales acusan una baja en la producción del 30%, que se moderaría este semestre.
■ Empleo. Adrián Brito, ministro de Trabajo de la Provincia, calcula que en el primer semestre se perdieron más de 3.500 empleos formales. El número real superaría los 5.000, si se suman los no registrados. Las suspensiones en el sector metalúrgico afectan a 2.000 operarios, calculó la UOM.
En ese contexto, la Presidenta amenazó con aplicar la ley antiterrorista a una empresa y avaló un proyecto para cambiar la Ley de Abastecimiento, que supondría en la práctica facultades para que el Estado fije precios máximos, mínimos y de referencia, canales de distribución, niveles de producción, además de la eventual expropiación de mercaderías. También podría establecer márgenes de utilidad. Nadie invertirá con ese proyecto.
Los cuatro motores que podrían aportar dólares (inversión extranjera, exportaciones, Brasil y soja) tienen hoy problemas.
▼ La inversión extranjera es uno de los motores que se paró y dejó de alimentar las reservas del Banco Central, por debajo de los 29 mil millones de dólares.
▼ Y la baja en las exportaciones aporta menos divisas.
▼ La demanda desde Brasil cayó porque el principal socio de la Argentina crecería este año menos de 1%. Dirigentes de la industria metalúrgica, que participaron en Brasilia de las discusiones del futuro régimen automotor, regresaron con un diagnóstico claro: Brasil sólo importa el 8% autopartes desde la Argentina, en tanto nuestro país trae desde allí el 46% de las piezas importadas. “Hay que analizar qué podemos fabricar aquí para proveerles a los brasileños”, dijo un empresario cordobés que asistió al cónclave. Es una solución que requiere tiempo.
▼ La soja –que este año fue récord- tendrá un precio desalentador para la próxima campaña, dadas las lluvias sobre el cinturón agrícola de Estados Unidos, que se encamina a una producción récord en la oleaginosa y en el maíz. Los menores ingresos para el fisco serían del orden de 2.000 millones de dólares.
Menos divisas desde el exterior y un exceso de pesos en el mercado interno –el déficit de las cuentas nacionales llegó a 90 mil millones en el primer semestre- empujan la inflación y alientan la tentación por la moneda norteamericana. Dos malas señales que pueden disparar otros eventos desafortunados.