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Valentina Maureira tiene apenas 14 años, pesa 35 kilos y sufre fibrosis quística, una enfermedad hereditaria y degenerativa que afecta a sus pulmones, hígado y páncreas. La familia cuenta con la pérdida de su primogénito por la misma patología.
Cansada de su malestar físico y de un tratamiento crónico desde su nacimiento -sin posibilidad de mejoras-, por las redes sociales pidió: «Solicito hablar urgente con la presidenta (Michelle Bachelet) porque estoy cansada de vivir con esta enfermedad y ella me puede autorizar la inyección para quedarme dormida para siempre».
Como muchos de los otros países, la eutanasia asistida es ilegal en Chile. Sin embargo, tras reiterados intentos y campañas solidarias, Valentina y su familia piden como última opción la aprobación de las autoridades del país. Aunque las probabilidades son pocas, no se queda callada.«Han sido 14 años de lucha, día a día, y para mi familia ha sido más. Estoy cansada de seguir luchando, porque veo el mismo resultado siempre. Es muy cansador», confesó a un periodista de BBC Mundo.
Por ahora, el pedido fue rechazado por las autoridades del gobierno de Chile.