Por segundo día consecutivo, China profundizó la devaluación del yuan al 3,5%. Es la mayor caída de la moneda en 20 años, en un intento por recuperar a su industria y las exportaciones. La decisión complica el viento de cola que había beneficiado a la economía argentina, a partir de un precio alto de las materias primas y tasas muy bajas.
La caída del yuan afectó a todos los mercados ante la presunción de que la desaceleración de la economía china es mayor a la estimada. Los analistas temen ahora una “guerra de monedas”, es decir, devaluaciones para mantener competitivas las distintas economías.
El efecto más inmediato fue una fuerte baja de la soja en Chicago. Ayer, en Rosario cotizó a 1.950 pesos, después de haber alcanzado en la jornada anterior 2.110 pesos. El campo anunció un cese de ventas durante la última semana de agosto.
Ambos hechos afectarán a la Argentina, por el “efecto pobreza” (o menos riqueza) que provocará la devaluación en los 400 millones de consumidores chinos, algunos de los cuales ya habían perdido el 30% de sus ahorros cuando se produjo la ruptura de la burbuja de las bolsas. Además, las reservas del Banco Central se desvalorizan en 132 millones de dólares al estar constituídas en buena parte por yuanes, facilitados por el swap con el país asiático.
El país asiático es el principal comprador de los productos brasileños, por lo que la crisis se trasladará al vecino, cuya economía caerá este año más de 1,7%.
A estas complicaciones, se agrega la próxima suba de las tasas en Estados Unidos, lo que provocará en una primera etapa un flight to quality (vuelo a la calidad) de los inversores, desarmando sus posiciones en materias primas.
Estos elementos apuntalan la impresión generalizada de la sociedad y de los economistas que el próximo gobierno deberá practicar una devaluación para darle competitividad a la Argentina. “Una devaluación por sí no resuelve el problema, si ésta no va acompañada de un plan integral. Se necesita un plan creíble, integral, que genere confianza en la sociedad y que incluya al tipo de cambio, contención a la inflación (con un acuerdo en el que participen los sectores empresarios y trabajadores), Es necesario que el plan incluya una contención del gasto”, insistió ayer José Simonella, titular del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba, al presentar ayer el informe mensual.
Análisis de la balanza comercial con China por parte de Finsoport (Jorge Todesca):