Por Juan Turello. Mauricio Macri  tiene por delante las mejores horas. Ser el mandatario elegido por millones de argentinos es una sensación indescriptible. La victoria tiene muchos amigos, además de la proyección internacional. Pero saborear las mieles de la victoria será tan efímero como tratar de retener la arena en las manos. Todo pasará muy rápido, recuerda mi nota en La Voz del Interior (actualizada). 

Transición difícil: Cristina Kirchner votó en Río Gallegos y luego habló 28 minutos, en un acto parecido a una cadena nacional | Foto: lanacion.com.ar

La transición política es el primer desafío. La presidenta Cristina Kirchner desapareció en las dos últimas semanas de la campaña, pero no permanecerá en las sombras en lo que resta para la transmisión del mando hasta el 10 de diciembre. Ayer, lo demostró en sus largas declaraciones tras votar en Río Gallegos, que violó la veda política.
En los últimos días abundaron los nombramientos en el sector público, en la Justicia y hasta en las embajadas.

La gobernabilidad no será un examen fácil. Macri enfrentará más de la mitad de las gobernaciones administradas por otro color político y la Cámara de Diputados necesitará de acuerdos mínimos hasta para tener quórum y sesionar.

Las cuentas públicas se encaminan a anotar otro récord en la década kirchnerista. Será uno de los déficits más altos de la historia, en torno de los 300 mil millones de pesos. En términos relativos: el 7% de lo que produjo la economía este año.

Un acuerdo económico-social que incluya precios, tarifas y salarios aparece como necesario para encarar las correcciones que demanda la economía.

El Banco Central está prácticamente vaciado. Las reservas nominales cerraron el viernes en 25.833 millones. Pero si se descuentan el swap con China, el préstamo de Francia, los encajes en dólares de los ahorristas, los pagos de deudas y otras cancelaciones, las reservas líquidas alcanzan a 3.500 millones de dólares, según calcula el expresidente Martín Redrado. La última resolución del Banco Central -reduce del 15 al 5% las posiciones en dólares de los bancos- demuestra el vía crucis de los próximos 10 días hábiles.

La inflación en torno del 25% anual, será otro desafío. Es el décimo año consecutivo con una inflación de dos dígitos. Otro triste récord que muy pocos países copian en el mundo.

El peso está sobrevaluado en relación con el dólar. Este resulta 21% inferior al nivel previo a la devaluación de enero 2014; 15% inferior respecto al cepo de noviembre de 2011 y 7,7% por debajo del final de la convertibilidad, según el estudio Broda. Los datos son aún peores si se compara al peso con las monedas de los países con los cuales se comercia, coinciden Broda y la consultora de Orlando Ferreres.

Un acuerdo económico-social que incluya precios, tarifas (o el nivel de subsidios) y salarios aparece como necesario para encarar las correcciones que demanda la economía. La pérdida de competitividad es notable para la industria y la agricultura: sólo se salva la producción de soja en campo propio.

Una devaluación o reducción de las retenciones se notará en el precio de los alimentos. Esa medida exigirá contención social para un país en el cual el 40% de los niños y adolescentes vive en la pobreza y de ellos, casi uno de cada cuatro no come lo mínimo para subsistir, según el Barómetro Social de la Universidad Católica Argentina.

La luna de miel será breve por la magnitud de los desafíos escondidos en el iceberg, que muestra que la economía no está tan mal. Los desajustes son graves y las recetas van a requerir la precisión de un cirujano para evitar herir aún más al tejido social que no participó de la fiesta que relataron algunos.

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Juan Turello

Periodista. Escribe en Turello.com.ar y participa en Los Turello (Canal C, Córdoba). Columnista económico en el diario La Voz del Interior y en el programa "Pura Verdad" (Radio Pulxo, 95.1). Realizó coberturas en el país y en el exterior. Jugó al fútbol; ahora practica golf.