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Por Rosa Bertino. Españoles, mejicanos, brasileños y otros damnificados por el masivo exilio de connacionales en los años 1970/80, aseguran que somos muy peculiares. Por decirlo de manera elegante. Un rasgo de nuestra argentinidad se mostró esta semana…… cuando las mismas personas que se quejan por la “falta de diálogo” de la Presidenta, de inmediato le reprocharon que “recién ahora” se acuerde de dar notas.
¿En qué quedamos?
Cualquier análisis mínimamente objetivo no tendrá más remedio que concluir que la entrevista concedida a Jorge Rial llega demasiado tarde. Suponiendo que Cristina Fernández le interesara llegar temprano a algún lado.
El encuentro, tan armado como el que pauta cualquier divo o diva del espectáculo con un medio masivo, dio la impresión de que CFK comenzó a despedirse del electorado. No intenta cortejarlo, sino dejarle una mejor impresión. A diferencia de los anuncios unipersonales, donde se la ve crispada o altiva, con Rial lució distendida y afable. Dado que los políticos son artistas consumados, uno nunca sabe cuánto hay de verdad en sus dichos y actitudes.
Otro tanto se podría decir del propio entrevistador, quien pareció sincero y medianamente serio, cuando cualquiera tiene derecho a suponer que no es lo uno, ni lo otro.
Probablemente todas las celebridades tienen un «otro yo» televisivo, y lo sacan a relucir cuando necesitan mejorar la apuesta. Pero ni siquiera la tele puede modificar la opinión que alguien se formó de una persona.
▲ Los simpatizantes de CFK vieron a una mujer “fuera de serie”, y se emocionaron hasta las lágrimas con el relato de su última noche con Kirchner.
▼ Los que detestan a CFK tomaron nota de las “mentiras” que dijo en relación con su gobierno.
Entre unos y otros hay una inmensa franja que no vio, ni se interesó de la entrevista. A lo sumo especularon porqué no prefirió sentarse con Susana Giménez, Mirtha Legrand o Marcelo Tinelli, pero la respuesta es casi obvia: Susana y Mirtha son parte de la “contra”, y Marcelo es el artífice de una ¿agónica? componenda con el Grupo Clarín. No es momento para distraerlo.
Como sea, CFK tuvo que apelar a un comunicador y un canal que le garantizaran un mínimo de rating. Así pasó de los dos puntos escasos del reportaje anterior, hecho por Hernán Brienza, a los 9 de Rial. Podría preguntarse por qué la TV Pública (antes ATC, antes Canal 7) sigue teniendo tan baja audiencia. Es la emisora más antigua, o casi, y nos cuesta una fortuna.
Pero así estamos. Resignados a que algo cambie, para que todo siga igual.■