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Por Juan Turello. El Gobierno nacional va ganando la batalla financiera, aunque la calma relativa tiene un precio alto, señalo en mi nota en La Voz del Interior. El dólar oficial cerró el viernes a $ 7,87, en tanto el blue retrocedió a $ 11,80.
En forma paralela, el Banco Central subió la tasa de interés del dinero que le prestan a entre 28,7 y 30,4%, según los plazos. Ya retiró del mercado 34.700 millones de pesos en lo que va del año.
La contracara de la calma financiera es la fuerte suba de la tasa para los créditos para el consumo, por lo que la venta de bienes durables (autos, entre otros) caerá, mientras que una menor cantidad de moneda tenderá a moderar la inflación.
Las respuestas a la pregunta del millón:
Dólar: la perspectiva de una buena cosecha (comienza en breve la del maíz de primera) aliviará el estrés de las reservas entre marzo y julio. “Después del Mundial, vuelven los problemas”, advirtió en tono pícaro un economista al recordar que la final en Brasil está prevista para el 13 de julio. A partir de allí, los agrodólares serán más escasos. “¿Y si la Argentina gana el Mundial?”, completó con una sonrisa.
Precios Cuidados. “El Gobierno puede ‘vender’ que con este plan y la militancia logró bajar los precios, cuando en realidad eso sucede por el fuerte ajuste monetario y la caída del salario real (convenios del 25 al 30%, con una inflación 10 puntos por encima)”, razonó con lógica política ante un profesional de Ciencias Económicas.
En Córdoba, el impacto en la industria metalmecánica y en el negocio automotor ya comenzó a sentirse. “El Gobierno provincial está siguiendo con atención lo que pasa en la maquinaria agrícola y en otros sectores clave”, admitió un funcionario próximo a De la Sota. La idea sería dar créditos subsidiados para que los industriales mantengan la rebaja del 15% en la compra de bienes, como si fuera un pago de contado.
El campo dará una mano: la cosecha de soja (13,4 millones de toneladas) sería 18% superior a la de 2013 y la de maíz, 3%, estima la Bolsa de Cereales de Córdoba.
La devaluación y la campaña contra los “especuladores” le dan al Gobierno un cheque por seis meses, tiempo en que deberán aparecer otras medidas que muestren una reducción significativa del gasto. Las paritarias estatales y la eliminación de subsidios son las próximas batallas.
La militancia sola no baja los precios en la Argentina ni en ningún país del mundo. Tenemos más de 60 años de experiencia para acreditarlo.