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Por Claudio Fantini. El fenómeno político del momento en España toma como modelo al chavismo y al kirchnerismo. Desde la cima de aceptación popular en las encuestas, la agrupación “Podemos” reivindica los gobiernos de Nicolás Maduro y Cristina Fernández.
Que el partido que encausó políticamente el ánimo de los “indignados” reivindique las expresiones venezolana y argentina del ne-populismo latinoamericano, ¿significa que Maduro y Cristina están en el camino acertado? ¿O significa que, en ese punto, los jóvenes que de momento superan en intención de voto al PSOE y al PP muestran incoherencia o ignorancia con lo que postulan para España?
La agrupación anti-sistema que lidera Pablo Iglesias es consecuencia de la mediocridad y corrupción que fue gangrenando el sistema bipartidista español, en lo que claramente constituye la decadencia del virtuoso período iniciado con el Pacto de la Moncloa.
Esa dirigencia joven y rupturista es acertada en todas sus críticas al establishment político y dirigencial. También opone una sana resistencia a la visión económica ortodoxa y al desmantelamiento del Estado de bienestar que está imponiendo Angela Merkel desde Berlín.
La reivindicación que «Podemos» hace del chavismo y del kirchnerismo se entiende en la medida en que los considera movimientos reformistas y de confrontación con las grandes corporaciones empresariales del poder económico.
Sin embargo, no parece el mejor modelo por varias razones:
1) Buscan reemplazar a los establishment del poder económico por otros igualmente ricos, pero que le sean fieles y sumisos. En las nuevas altas burguesías venezolana y argentina, muchos empresarios parecen ser testaferros de los gobernantes.
2) El intervencionismo estatal extremo ha convertido a Venezuela y a la Argentina en los únicos dos países de la región (y entre los pocos del mundo) con altísima inflación.
3) Chavismo y kirchnerismo comparten también el triste mérito de haber puesto en recesión a sus respectivas economías, en un tiempo de vacas gordas.
❝La agrupación ‘Podemos’ habría acertado reivindicando como modelo a Evo Morales❞.
Ni Pablo Iglesias ni sus camaradas parecen haber leído el riguroso estudio de la Fundación Getulio Vargas, que no es neoliberal, mostrando la Argentina y Venezuela como los peores lugares para invertir.
Tampoco parecen haber leído la crítica que el neokeynesiano Paul Krugman acaba de hacer a la emisión monetaria desenfrenada, al desmesurado gasto público y a la malversación de las estadísticas oficiales que practica el kirchnerismo.
Con un poco más de información, la joven dirigencia -que podría relegar a socialistas y populares en las próximas elecciones de España- habría acertado reivindicando como modelo a Evo Morales, el presidente izquierdista sudamericano que logró los mejores resultados socioeconómicos sin “capitalismo de amigos”, y al encabezar un gobierno de gente austera que puede ostentar humildad sin manchas de corrupción.
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