Por Claudio Fantini. Donald Trump parece Richard Nixon al revés. Aquel presidente norteamericano y su secretario de Estado, Henry Kissinger, dieron un paso geopolítico clave contra la Unión Soviética al producir un histórico acercamiento a la China comunista.

La «diplomacia del ping pong»

Chou En-lai hizo el primer gesto al invitar a jugar en Pekín a la selección norteamericana de ping pong. La invitación fue cursada durante el Campeonato Mundial de Tenis de Mesa que se jugaba en Japón. Por eso, las tratativas secretas que desembocaron en la visita de Richard Nixon a Mao Tse-tung en 1972, quedó en la historia como la “diplomacia del ping pong”.

Mao Tse-tung, Zhang Yufeng y Richard Nixon | Crédito: Oficina de fotos de la Casa Blanca de Estados Unidos (1969 – 1974) / White House Photo Office (1969 – 1974) [Dominio Público], vía Wikimedia Commons.

Mientras se disputaban los torneos en Tokio y en Pekín, emisarios de Chou En-lai y de Kissinger negociaban el giro político copernicano que aisló a la Unión Soviética; puso fin al “terror amarillo” que atemorizaba a Occidente y, probablemente, definió que en la ONU sólo esté representada la República Popular al aprobarse la Resolución 2758, por la cual perdió su asiento la China Nacionalista y Taiwán pasó a ser considerada una “provincia china en rebeldía”.

Fricciones de Trump con China

Mientras la CIA afirma que Rusia colaboró con su cíber-espionaje al triunfo de Trump, el millonario se ha dedicado a elevar las fricciones con China desde que inició en la campaña electoral.

Desde las primarias republicanas hasta la campaña por la presidencia, Trump puso a China y sus exportaciones a los Estados Unidos, como uno de los principales problemas de los norteamericanos. Y a poco de ser proclamado por el Colegio Electoral, se contactó telefónicamente con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen.

Para Trump las exportaciones de China a Estados Unidos son un problema | Ilustración: en base a imágenes editadas digitalmente de PngAll.com y FreeWorldMaps.net

«Trump puso a China y sus exportaciones a Estados Unidos como uno de los principales problemas de los norteamericanos»

¿Ignoraba que un contacto de ese tipo está expresamente prohibido por tratados bilaterales? ¿O lo hizo deliberadamente, con el objetivo de dinamitar el vínculo entre Washington y Beijing?

Tratándose de Trump, la ignorancia no puede descartarse. Sin embargo, la respuesta que dio a la queja diplomática de China, permite sospechar otra cosa.

Trump dijo que él no se siente obligado a acatar la política de una sola China. En otras palabras, advirtió su intención de retrotraer la relación al tiempo previo a la «diplomacia del ping pong». Una intención que, por cierto, podría ser la venganza actual de Rusia por la alianza con el “enemigo capitalista” que hizo China contra la ex URSS al comenzar la década de 1970.

Putin y Trump podrían estar haciéndole a Xi Yinping lo que Mao y Nixon le hicieron a Brezhnev.

Claudio Fantini

Politólogo y periodista. Analista político en medios argentinos y del exterior. Profesor y mentor de Ciencia Política en la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES21). Autor de varios libros, el último de los cuales es la La Gravedad del Silencio.