Por Sebastián Turello. Los Turello, junto a otros periodistas, visitó la planta de fabricación...
Autoridades del IAE y de Banco Macro, en una ceremonia conducida por la periodista Verónica...
Junto a las señales positivas de la economía en las últimas semanas, en especial, en el mercado...
Por Juan Turello. El buen momento de la Argentina en los mercados financieros y las palabras de...
El Grupo Sancor Seguros fue nuevamente protagonista en los Premios Prestigio al lograr...
Suscribite al canal de Los Turello.
A propósito de la elección presidencial que se realizará este domingo en Ecuador, conviene recordar la diferencia entre los sucesores elegidos de Cristina Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia) y Rafael Correa (Ecuador) va en degradé. Todos defraudaron a sus mentores, pero hay una diferencia de grado en sus respectivas rebeliones.
Señala Claudio Fantini, al analizar la rebelión de los sucesores, que Alberto Fernández se rebeló suavemente contra la líder que lo convirtió en presidente, al incumplir con el mandato de enterrar las causas judiciales que jaquean a la vicepresidenta.
La rebelión de Luis Arce contra Evo Morales fue más contundente, ya que el actual presidente lo enfrentó más decididamente y desde el primer momento empezó a quitarle el control del MAS.
La diferencia en intensidad se explica en que Alberto Fernández le debe totalmente su cargo a Cristina, mientras que Arce había sido, como ministro de Economía, la pieza clave del éxito de los gobiernos de Evo Morales.
Por lo tanto, era una suerte de equivalencia boliviana de lo que Domingo Cavallo había implicado en la gestión de Carlos Menem.
El máximo grado de insubordinación contra el artífice de su llegada al poder, fue el de Lenin Moreno.
Lenin Moreno, quien fue vicepresidente de Correa, y el volcánico líder ecuatoriano eligió como sucesor, ni bien asumió la presidencia salto a la vereda política opuesta.
El ex vicepresidente enfrentó abiertamente a su mentor y alentó los procesos judiciales que desembocaron en una condena por corrupción contra el ex presidente izquierdista y en el encarcelamiento del ex vicepresidente Jorge Glas.
Después de semejante frustración con Lenin Moreno, el expresidente apostó nuevamente poner un mandatario que le sea leal mediante el cual podría ejercer indirectamente el poder.
Pero el joven economista Andrés Arauz, que había sido ministro de Correa, perdió la elección frente a Guillermo Lasso.
Ahora, Correa intentará nuevamente poner en la presidencia a uno de sus hombres (en realidad, una mujer), en las elecciones anticipadas que deberán realizarse en los próximos meses debido a la aplicación del artículo 148 de la Constitución por parte del presidente Lasso.
El sucesor que se elija este domingo o en la segunda vuelta del 15 de octubre deberá completar el mandato Lasso, hasta mayo de 2025.
Esto implica que en 2025 deberá afrontar nuevos comicios y, por ende, el riesgo de que quienes están electoralmente fuertes hoy, puedan estar electoralmente débiles dentro de casi dos años.
Aún así, la apuesta de Correa -actualmente exiliado en Bélgica, tras una condena por corrupción en su país- es colocar un presidente que le sea leal, e intentar lo que Cristina Kirchner esperaba de Alberto Fernández: enterrar las causas judiciales.
El Partido Social Cristiano y el movimiento indigenista Pachakutik acompañaron la posición de Correa y cuestionaron la convocatoria formulada por Lasso.
Y lo que ocurría en Ecuador era un juicio político contra el presidente, instrumento constitucional que no puede equipararse a las causales señaladas en el artículo 148.
El fracaso de la presidencia de Guillermo Lasso revitalizó al correísmo. El gobierno conservador es tan mediocre, que insufló vitalidad al líder que no puede regresar a Ecuador por la condena que pesa sobre él por corrupción.
Las elecciones locales realizadas en febrero y las encuestas recientes muestran que el correísmo es la fuerza dominante, aunque no tendría los votos suficientes para ganar en primer vuelta con el 40% de apoyo y más de 10 puntos de diferencia sobre su competidor.
Luisa González, una abogada de 45 años, maratonista, ciclista y amante de los tatuajes, llama a «defender el legado de Correa», condenado por corrupción, y exiliado en Bélgica.
La violencia política, alentada por el narcotráfico, ensombreció la campaña electoral con el asesinato de Fernando Villavicencio, periodista, quien había investigado los lazos de los carteles ecuatorianos con los de México, y su penetración en el financiamiento de las campañas.
En lugar de Villavicencio, la lista del espacio centrista Construye es encabezada por el periodista y colega de Villavicencio Christian Zurita. Sin embargo, el rostro de Villavicencio será el que aparecerá en las boletas, dado que ya están impresas.
El atentado y otros hechos de violencia llevaron a que Jan Topic (Alianza por un País sin Miedo) ocupe el segundo lugar en las encuestas.
Jan Topic es un economista de 40 años, con antecedentes militares (fue soldado del Ejército francés y participó en operaciones militares en Siria, Ucrania y Costa de Marfil). Promete aplicar mano dura al crimen organizado y la delincuencia que asedian al país.