Por Sebastián Turello. Los Turello, junto a otros periodistas, visitó la planta de fabricación...
Autoridades del IAE y de Banco Macro, en una ceremonia conducida por la periodista Verónica...
La empresa Aguas Cordobesas celebró el cierre del programa “Construyendo Futuro 2024", con la...
Suscribite al canal de Los Turello.
Por Juan Turello. Alberto Fernández y Sergio Massa protagonizaron sendos viajes políticos cargados de desventuras para los argentinos, quienes soportan los efectos de una inflación imparable, señala ni nota en La Voz. Más allá de los desaciertos y de los compromisos políticos realizados en Brasil y en China, hoy inescrutables, la preocupación de la sociedad sigue siendo la elevada suba de precios, que en mayo habría superado el 9%.
El Presidente cedió a las presiones de su par de Brasil, para reunirse con el cuestionado mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, y reclamar a Estados Unidos el cese de sanciones a ese país y a Cuba.
El adalid de los derechos humanos enterró sus convicciones en la cumbre brasileña, al no cuestionar las violaciones en Venezuela.
Pese a los gestos, no obtuvo nada concreto de Lula da Silva, apenas la promesa del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) de un préstamo para una obra que interesa a Brasil.
Los mil millones de dólares prometidos deberían ser destinados a un gasoducto que transportaría el combustible desde Vaca Muerta hasta el vecino país.
El préstamo y la obra no serán inmediatos en su realización.
Las desventuras de Massa y de su amplia comitiva incluyeron reuniones y gestos hacia empresas chinas, cuyos verdaderos intereses son cuestionados por Estados Unidos.
En ese listado se halla la prestadora del servicio de comunicaciones 5G, que la administración de Joe Biden adjudica a los intereses del ejército de Xi Jiping.
Massa irá ahora a Washington para pedirle al Fondo que libere el tramo del segundo semestre, unos 10.200 millones de dólares, que el Gobierno pretende usar en parte en el mercado doméstico.
De China, obtuvo una ampliación del swap (intercambio de monedas) por otros cinco mil millones, que el ministro juzga que serán de «libre disonibilidad».
Los créditos anunciados por Massa en China benefician al conurbano bonaerense, donde se juega el futuro del kirchnerismo.
Osvaldo Giordano, titular de Finanzas de Córdoba, calificó como una evidencia de la “desesperación” del Banco Central la restricción del dólar oficial para el pago de deudas provinciales.
El 10 de junio, Córdoba debe afrontar un vencimiento de 146 millones de dólares, el 60% del cual -87,6 millones- deberían ser adquiridos a través del contacto con liquidación (CCL), para enviarlos al exterior.
El sobrecosto para la Provincia supera los 20.300 millones de pesos con respecto al dólar mayorista.
Una ironía de la gira Massa-Máximo: regalaron a sus interlocutores camisetas de la Selección Argentina, con el número 10 de Messi, quien es un ídolo en China y jugará allí un amistoso el 15 de junio.
Los seleccionados ya habían pedido al Gobierno no hacer un uso político del título ni de sus nombres.
Otra: la restricción en el uso de dólares oficiales no alcanza a las numerosas comitivas oficiales que recorren el mundo, al tiempo que una investigación pone bajo la lupa las numerosas excursiones de la primera dama Fabiola Yáñez.
Consultoras acuerdan que la suba de precios de mayo superó el 9%. Junio no arrancó mejor: aumentos en alquileres, telefonía e internet, combustibles, transportes, colegios privados y medicina prepaga.
En alimentos, el Centro de Almaceneros detectó un incremento de 9,6% en mayo.
“Si no hay, es porque no están entregando”, se justifica un repositor de un supermercado líder en Córdoba ante la pregunta del consumidor. Los vacíos se disimulan con cajas.
El aumento en los alimentos -por encima del 10% sobre la inflación promedio- golpea al decil económico más bajo de la población.
El Gobierno perdió la guerra contra la inflación, aunque el esfuerzo por controlar al dólar genera expectativas negativas y supone más emisión por la suba de las tasas de la deuda en pesos.
Las promesas incumplibles y el “paga Dios” forman parte de las últimas estrategias de un Gobierno acorralado por su inacción.