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Por Juan Turello. ¿Cómo viene 2020? Por lo general, los que formulan esta pregunta descuentan el triunfo de Alberto Fernández. El raid de promesas de Mauricio Macri por 30 ciudades no alcanzaría para dar vuelta la diferencia de cuatro millones de votos de las Paso, señala mi nota en La Voz.
El viraje más sorprendente es en el campo empresario, donde las ideas de Macri siempre entusiasmaron más que las de los Fernández. ¿Por qué gran parte de los empresarios, en especial los industriales, dejaron de apoyar a Macri?
“Hablamos con él dos o tres veces. A cada propuesta que le llevábamos, nos mandaba a hablar con Peña, con Quintana o con Lopetegui, que hacían lo contrario. Nos cansamos. No nos escuchó”, relató un industrial en el Coloquio de la UIC.
Ver también: 2/10/19 | Coloquio UIC: Macri en modo anuncios
El derrumbe del mercado interno y las altas tasas hicieron el resto. La producción industrial cayó 6,4% en agosto, con lo cual completó 16 meses de baja en la comparación interanual, según el Indec. La construcción retrocedió 5,9% y sumó 12 meses negativos.
Alberto F.: empresarios se entusiasman con una recuperación; no les gusta los impuestos que prepara su equipo y , menos aún, los personajes de la primera fila de la foto CTA-CGT.
Las perspectivas no son mejores: la devaluación post-Paso aumentó los costos en dólares; la caída en el consumo se mantiene en alimentos y bienes durables (automóviles y electrodomésticos) y el crédito sigue por las nubes.
¿Por qué los empresarios se entusiasman con un acuerdo social, como propone Alberto Fernández, cuando descreen de esa herramienta política? “Porque ayudará a bajar las expectativas inflacionarias, aunque es una medida de corto plazo”, coincidieron en Córdoba Cristiano Rattazzi (FCA) y Roberto Urquía (AGD), hoy en veredas opuestas para la elección presidencial.
Urquía sostiene que debe servir para armar un consenso económico sobre temas básicos. Y sugiere: un impuesto a la tierra improductiva para evitar la especulación, antes que una suba de las retenciones.
Los hombres de negocios presumen que un escenario moderado en una eventual presidencia de Alberto F. incluye un aumento de las retenciones, un impuesto al patrimonio blanqueado y un mayor gravamen a los bancos. Esas medidas no les gustan, menos aún los personajes de la primera fila en el acto CGT-CTA. “Es volver al pasado”, lamentan.
Matías Kulfas, posible ministro de Economía de un gobierno PJ, dijo que en materia energética se aplicará una tarifa social para sectores vulnerables; un aumento que refleje la inflación para la clase media y una suba mayor para grandes consumos.
En forma simultánea, dijo, se alentará la producción en Vaca Muerta para volver al autoabastecimiento y exportar gas y petróleo, que permitiría allegar los dólares que se necesitan. El problema es que los productores de Vaca Muerta quieren tarifas dolarizadas, y con un dólar alto –como le gusta a Alberto F. – alguien se tendrá que hacer cargo de los subsidios.
La tentación de volver a la maquinita con las propuestas del equipo de Alberto F. y con ella a la alta inflación, está a la vuelta de la esquina.
Claro que una eventual gestión tendría un tiempo para quejarse de “la pesada herencia”. Lucas Navarro, economista-jefe de la Bolsa de Comercio de Córdoba, la puso en números: con Macri, la actividad habrá caído cuatro puntos en relación con 2015; el salario real perdería 17 puntos; la inflación pasó de 26,5 a 51,6% y la pobreza aumentó de 32,4 a 35,4% . Influyeron el déficit fiscal y la deuda no reconocidos por Cristina Kirchner, la sequía de 2018 y la suba de la tasa internacional, que obligó a acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los errores de Macri y la desatención de los pedidos hicieron el resto.
La luna de miel del próximo gobierno será breve. Muy breve.