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Por Juan Turello. ❝Argentina se quedó sin dólares❞, dijo Aldo Ferrer –un economista identificado con el kirchnerismo- y con él coincidieron Martín Redrado y Carlos Melconian, quienes asesoran a Sergio Massa y Mauricio Macri, respectivamente, señala mi nota dominical en La Voz del Interior.
Qué significa el crudo diagnóstico planteado el jueves último en el seminario organizado por la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y la Cámara de Córdoba.
¿Qué significa? Que el primer desafío de la futura administración será hacerse de dólares para que el país no se paralice. El 80% de las industrias metalmecánica, electrónica y farmacéutica necesita de insumos importados, además de la clásica apetencia de los argentinos por el verde billete para ahorrar y viajar al exterior.
Las fábricas de autos tenían un cupo mensual de 200 millones de dólares para el intercambio comercial. Se redujo. Los importadores afirman que hay facturas impagas por 8.000 millones de dólares.
U$S 2.000 millones le pedirá la Argentina a China para ampliar el swap de monedas. Las reservas reales son escasas.
El ministro Axel Kicillof anunció que hoy cancelará 5.900 millones de dólares del Boden 2015. Al día siguiente, lanzará el Bonar 2020, con el que espera reembolsar 3.000 millones por inversores privados e institucionales. Pagará 8% anual. A 10 años, los países desarrollados abonan entre cero y 2% (Estados Unidos); Brasil, 5,7; y Grecia (el peor del grado), 7,9. En un mundo con liquidez, Argentina paga un alto precio.
El Bonar 2020, el 2024, los préstamos que el Tesoro recibió del sector público y el swap con China por 11 mil millones de dólares entierran el discurso del desendeudamiento de Kicillof y de Cristina Kirchner. El titular del Banco Central, Alejandro Vanoli, aprovechará el próximo fin de semana la asamblea del Banco Mundial en Perú para pedirle a los chinos una ampliación por 2.000 millones. Más deuda.
Aldo Ferrer insistió en que era partidario de un dólar alto para recomponer el frente externo y alentar el desarrollo industrial. Además, sugirió un dólar financiero (para exportar e importar) y un dólar comercial (ahorro y turismo).
Redrado propone un plan integral y el aliento a sectores clave (agroindustria y energía), además de créditos de organismos internacionales (“tenemos disponible 3.000 millones del Banco Mundial que no usamos”). Esos fondos permitirán iniciar la reconstrucción. “Hay muchos pesos en la economía y pocos dólares”, advierte.
Melconian cree que la cosmética llegó a su fin. Y que si se descuentan de las reservas -32.454 millones- el swap chino, los depósitos de los particulares, los derechos especiales de giro (DEG) y otros ítems, las reservas reales rondarían los 9.000 millones. “Con el pago del Boden y la venta de dólar ahorro (100 millones diario), a fin de año no queda nada”, sentenció.
El futuro es impredecible, pero el gobierno que viene deberá afrontar la falta de dólares, la inflación y un déficit descomunal. El futuro presidente no llegará con un pan debajo del brazo.