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Por Claudio Fantini. ¿Por qué Rusia abandonó a los armenios, lo que posibilitó la limpieza étnica que los expulsa de Nagorno Karabaj? Los armenios siempre han estado solos a lo largo de grandes períodos de la historia. Repasemos lo que está sucediendo ahora, con la invasión del enclave por parte de Azerbaiján, quien cuanta con apoyo y armamento de Turquía.
Los armenios siempre han estado solos.
Los británicos los ayudaron en su intento de retener Najicheván en la segunda década del siglo XX, cuando embistió contra ellos el Imperio Otomano, a renglón seguido de perpetrar el genocidio de Anatolia.
Pero ni bien se retiraron los británicos, Najicheván cayó en manos de los azerbaiyanos y, en poco tiempo, ese territorio fue vaciado de su población armenia.
Poco después, Iósif Stalin dejó Nagorno Karabaj bajo soberanía azerbaiyana. Pero consolidado el estado soviético, ya no habría limpiezas étnicas, por eso, los armenios de ese enclave -que quedó dentro de un estado túrquico y musulmán- no se sintieron en peligro.
Armenia forma parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, versión euroasiática de la OTAN, integrada por Rusia, Bielorrusia, Armenia (tres países de cultura marcada por el cristianismo), Kazajstán, Kirguistán y Tadyikistán (tres países musulmanes).
En la antesala de la creación de esa alianza defensiva, los armenios se lanzaron a la lucha armada por la independencia en 1988.
La guerra concluyó en 1994 con la victoria de los armenios y la proclamación de la República de Artsaj, aunque no reconocida por la comunidad internacional.
Azerbaiyán, ahora aliado de Turquía, vio que la pandemia de Covid 19 era la cortina detrás de la cual podía lanzarse a la reconquista del territorio habitado por armenios desde los remotos tiempos de imperio aqueménida.
Rica por el petróleo y con el ejército dotado de armamento moderno, que aportó Turquía, Azerbaiyán recuperó los siete distritos que había perdido en la primera guerra de Nagorno Karabaj.
El país musulmán tomó ahora gran parte del enclave armenio, incluida Shusha, la segunda ciudad más importante.
Los armenios quedaron atrapados en la capital, Stepanakert, y el puñado de aldeas que la rodean.
El corredor de Lachin, por donde entraban alimentos, medicamentos y combustible desde la vecina República de Armenia, está ahora bloqueado por el ejército azerí.
El estrangulamiento estaba aniquilando a los armenios en Nagorno Karabaj, y la guerra en Ucrania fue la nueva cortina de turcos y azeríes para dar el golpe final.
Para reemplazar el gas y el petróleo que le compraba a Rusia, la Unión Europa (UE) debió acudir a Azerbaiján.
Además del silencio europeo, los azeríes supieron que Vladimir Putin abandonaría a los armenios.
El jerarca ruso, enfrascado en su guerra expansionista en Ucrania, necesita priorizar la relación con la poderosa y estratégica Turquía de Recep Erdogán.
Armenia es un país pequeño, mediterráneo, sin los recursos naturales y geoestratégicos con los que cuentan Azerbaiyán y Turquía.
Las distracciones del mundo permitieron, primero, que los armenios fueran expulsados de Anatolia y de Najicheván.
Ahora, posibilitaron la limpieza étnica que de manera fulminante vació Nagorno Karabaj de la etnia cristiana, que habitó ese territorio montañoso desde tiempos remotos.