Brexit a la deriva, con la renuncia de Theresa May

Publicado: 26/05/2019 // Comentarios: 0

Por Claudio Fantini. Los británicos llevan cuatro años aportando lo suyo a las rarezas que ocurren en la política mundial. El Reino Unido muestra un paisaje extraño, desconocido. El escenario político, caracterizado por la previsibilidad que produjo siempre esa moderación con culto al equilibrio, hoy resulta extraño, más aún con la discusión sobre el Brexit.

Theresa May anuncia su renuncia frente a la residencia oficial. Dejará el cargo el 7 de junio | Foto: archivo Turello.com.ar

Cuando se conozcan los resultados finaales en el Reino Unido de las elecciones para el Parlamento Europeo, quizá aparezca nuevamente ante los ojos de los británicos y del mundo un panorama tan novedoso como desconcertante. Es posible que el tradicional y centenario bipartidismo quede relegado por una fuerza ultranacionalista: el partido del Brexit.

Lo lidera Nigel Farage, versión británica de la francesa Marine Le Pen,  que ganó las elecciones en Francia el domingo; del holandés Geert Wilders, del húngaro Viktor Orban y del italiano Matteo Salvini.

Desde su anterior formación, el también eurófobo y ultranacionalista Partido Independiente del Reino Unido, Nigel Farage fue el impulsor de la salida británica de la Unión Europea, posición a la que luego se sumaron los tories más radicalizados, que lidera el extravagante Boris Johnson.

A nadie debiera sorprender que el escrutinio final muestre al Partido del Brexit como el más votado, relegando al segundo y tercer puesto, sino al tercero y cuarto, a laboristas y tories, el partido conservador, que lideraba Theresa May.

¿Por qué puede darse el resultado electoral más extraño de la historia británica moderna? Porque los ultranacionalistas de Farage y los liberaldemócratas son fuerzas totalmente definidas respecto al Brexit: el primero lo aprueba y el segundo lo rechaza.

En cambio, los laboristas se dividen entre la minoría que lo apoya y la mayoría que lo rechaza, mientras que los tories tienen una mayoría que lo apoya y una minoría que lo rechaza.

Los dos grandes partidos -laboristas y conservadores- cayeron en la ambigüedad, que los debilitó en las urnas. La misma razón por la que Theresa May terminó renunciando.

El paso de May por el 10 de Downing Street es otra rareza de este tiempo de escenarios políticos en estados alterados. Quien ocupaba el Home Office (algo similar al Ministerio del Interior) en el gabinete de David Cameron y había apoyado en voz la posición pro-remain del primer ministro, quien apostó su suerte (y perdió) en el referéndum de 2016, quedó al frente del Gobierno desde la endeble posición de no haber llegado al cargo por los votos.

A esa debilidad de origen, le sumó tres derrotas en votaciones parlamentarias. Cada plan de Brexit que propuso le valió renuncias en su gabinete de ministros. Llegó a las 36 dimisiones, otro récord que hace inexplicable que haya durado casi cuatro años sin haber obtenido siquiera una sola victoria política.

Finalmente, May renunció al ver que su cuarto plan para lograr la aprobación del Parlamento se perfilaba hacia una nueva derrota.

Esa propuesta, que murió en antes de nacer, May proponía la única salida posible al laberinto del Brexit: un nuevo referéndum.

Politólogo y periodista. Analista político en medios argentinos y del exterior. Profesor y mentor de Ciencia Política en la Universidad Empresarial Siglo 21 (UES21). Autor de varios libros, el último de los cuales es la La Gravedad del Silencio.

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