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Por Claudio Fantini. Los gobiernos de Italia y Estados Unidos tienen en común dos cosas: tener un perfil socialdemócrata y estar siendo extorsionados por derechas con pocos pudores éticos, institucionales y políticos. El caso más llamativo es el norteamericano.
El caso norteamericano
En Estados Unidos el Partido Republicano forzó el llamado «cierre del gobierno», al bloquear la aprobación del presupuesto.
La exigencia de los conservadores es que el Partido Demócrata deje de lado el plan de salud de Barak Obama. Por eso, la mayoría opositora de la Cámara de Representantes (equivalente a nuestra Cámara de Diputados), al recibir el proyecto de presupuesto enviado por la Casa Blanca, suspendió la entrada en vigencia del programa médico. Con ese cambio, el presupuesto fue enviado al Senado, donde la mayoría demócrata, obviamente, lo rechazó.
De ese modo, sin presupuesto aprobado, el Estado no puede tomar deuda y suspende actividades y sueldos en gran parte de la administración pública.
Para los republicanos y la prensa crítica, la culpa es del presidente y su partido, por obstinarse en sostener el programa médico que la oposición rechaza. Pero la razón para inclinarse más del lado demócrata, porque ese plan de salud pública ya fue aprobado por el Congreso y ratificado por la Corte, máxima instancia de la justicia norteamericana que debió pronunciarse por la denuncia de inconstitucionalidad que se hizo contra el llamado Obamacare.
Un gobierno no tiene porque negociar algo que ha sido aprobado por los legisladores y ratificado por la Corte. Pero en el radicalizado Partido Republicano de las últimas décadas, hundir los programas demócratas de salud se ha vuelto una obsesión practicada con salvajismo político.
● Antecedentes: durante el gobierno de Bill Clinton, a quien persiguieron con un fiscal inquisidor como Kenet Starr por el caso Lewinsky hasta imponerle un juicio político, los republicanos lograron impedir la aplicación del programa de salud impulsado por la entonces primera dama Hillary Rodham.
El caso italiano
En Italia, la motivación de la derecha es distinta, pero el salvajismo político con que chantajea al primer ministro Enrico Letta es similar al que practican los republicanos.
Como la justicia ha pedido que cese la inmunidad de Berlusconi para que pueda ser juzgado por varios casos de corrupción, el magnate puso en crisis al gobierno al quitarle el apoyo parlamentario, con el fin de forzar nuevas elecciones y demorar así su juicio y muy probable encarcelamiento.
El derrumbe de la Bolsa de Milán evidenció de inmediato la magnitud de la irresponsabilidad cometida por el jefe del “Polo de la Libertad” y por sus legisladores, porque la crisis política pone en riesgo la débil y tambaleante salida de la crisis económica que se producía desde hace pocos meses.
También Estados Unidos está dejando atrás la crisis que se originó en su mercado inmobiliario. Y el sabotaje republicano para hacer naufragar el plan de salud, también perjudica la frágil y lenta recuperación. ■