Sin dudas que fue una de las notas distintas del acto por los 200 años de la batalla de Salta, donde José Manuel de la Sota (en Twitter: @jmdls2011) fue abucheado por grupos identificados con La Cámpora y el cristinismo. ¿Gana o pierde con esta actitud del oficialismo?

Gana en cuanto a repercusión mediática. El tema ocupaba anoche el miércoles 20/02, a las 21.30, un lugar destacado en los portales de Cadena 3 y de los diarios La Nación (figuraba entre las 5 noticias más vistas) y Perfil, mientras que tenía un espacio más reducido en Clarín y La Voz del Interior. El tema no figuraba en las noticias más relevantes de La Mañana de Córdoba y Página 12. La repercusión mediática facilita que lo conozca buena parte del país, donde prácticamente no figuraba en las últimas encuestas de opinión.

Gana en presentarse como víctima de la intolerancia kirchnerista.  En momentos en que hay un fuerte rechazo en el país a la intolerancia del oficialismo hacia otros sectores sociales, De la Sota se presenta como víctima de la «violencia» del relato. De hecho, en su cuenta de Twitter dijo: «Fui a Salta, invitado por el Gob. Urtubey, a homenajear a Belgrano… y me encontré con unos pocos barrabravas de La Cámpora». Y luego agregó: «Eso no es nada frente al afecto de la gente y la generosidad del Gobernador Salteño. Gracias Juan Manuel por tu invitación!» (en la foto, De la Sota le entrega una placa a Urtubey).

Gana en mostrarse como un opositor al kirchnerismo, en especial en una provincia como Córdoba donde la imagen de la Presidenta y las políticas oficiales (en especial las dirigidas contra el campo) tienen un fuerte rechazo social. El gobernador asegura que su imagen positiva supera el 50%, según sus propias encuestas. El resto está muy lejos, dice.

Pierde al profundizar la pelea con el kirchnerismo, que ya no lo atiende en la Capital Federal y redobló su apuesta de derrotarlo en la Justicia a través de las demandas presentadas contra la Caja de Jubilaciones, la tasa vial, el cierre de las antenas de TDA, entre otras, además de rechazarle un crédito del BNDES brasileño para los gasoductos troncales.

Pierde la posibilidad de sumar actuales aliados de los K en su carrera presidencial. Una figura que irrita a un tercio de la sociedad comienza a ser mirada con desconfianza por eventuales figuras políticas, que por ahora militan junto a la Casa Rosada, aunque no son «cristinistas» puros.

Pierde al mostrar su gestión como una pelea permanente con Cristina Kirchner, algo que ya comenzó a molestar en general a los cordobeses que, si bien rechazan las políticas nacionales, no convalidan que cada acto o decisión de las autoridades provinciales sea parte de una «batalla» por el 2015.

Redacción Turello.com.ar

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