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Por Juan Turello. Más allá de las críticas que se cruzarán hoy los candidatos a presidente, en el debate en Santiago del Estero, hay un tema que domina la agenda económica: qué sucederá con el valor del dólar a partir del 10 de diciembre. La economía argentina anduvo a los tumbos en los últimos 50 años, con períodos de alta inflación (como el actual), lo que llevó a la sociedad a colocarse en dólares, como resguardo de valor, señala mi nota en La Voz.
La encuesta difundida por Jorge Giacobbe revela que casi el 32% es partidario de que circulen libremente el peso y el dólar, sin ningún tipo de cepo, mientras que el 25% prefiere directamente la dolarización.
Apenas el 26% defiende al peso como el único dinero en libre circulación.
Una amplia mayoría, más del 57%, quiere que se pueda usar el dólar como moneda de intercambio de bienes y servicios.
Los recursos del Banco Central son escasos. Los aportes del “dólar soja 4” se evaporaron en gran parte por la demanda de ahorristas y el pago de importaciones.
Ahora, el Gobierno apeló a la quinta versión de ese programa; instrumentó un “dólar Vaca Muerta” (las petroleras podrán disponer libremente del 25% de las exportaciones) y a un “dólar contado con liquidación”, por donde se liquidarán las inversiones externas que lleguen al país.
Con todos estos mecanismos, el Central intenta evitar una corrida hacia la divisa, que es el peor contrincante del ministro-candidato, Sergio Massa.
“La gente va a tomar lo que le den del ‘plan platita’, pero después repetirá el voto de las elecciones primarias”, afirma uno de los asesores que acompañó anoche, desde las gradas, a Juan Schiaretti.
“Los votantes saben lo que sufrieron estos cuatro años”, agrega el hombre de confianza del mandatario.
La suba de los alimentos de la canasta básica va por el ascensor, de allí que la pobreza aumente en los relevamientos semestrales del INDEC.
Cuatro de cada 10 argentinos eran pobres a finales de junio. El cuadro social empeoró por las fuertes alzas de bienes y servicios, tras la devaluación del 14 de agosto.
El dato más inquietante es que casi seis niños-jóvenes son pobres, lo que limita sus posibilidades de un crecimiento sano y de una formación para las nuevas exigencias del mundo laboral.
La falta de confianza en los gobiernos que se sucedieron durante cuatro décadas, llevó a que los argentinos tengan “en el colchón” casi 265 mil millones de dólares.
Ese dinero está guardado en entidades financieras del exterior, en cajas de seguridad o “en el colchón” de los particulares, de acuerdo con el informe publicado por el INDEC.
En medio de la grave crisis socioeconómica, el Gobierno alienta la reducción de la jornada laboral, cuando el país necesita incrementar la producción para atender una demanda en aumento por la gran cantidad de pesos en la calle.
El empresario pyme Gustavo Lazzari, hijo de la histórica ama de casa “Lita” de Lazzari, criticó las consecuencias de reducir la jornada laboral.
“Van a caer los salarios reales; no va a aumentar la contratación y, seguramente, se generarán conflictos y más litigiosidad, todo lo que redundará en menos empleo”, advirtió.
Los debates sobre derechos en boga en los países del norte de Europa, son desubicados para las urgencias y los problemas que vive la Argentina.
Cualquier comparación o intento de imitar los desafíos de los países más desarrollados en calidad de vida, sólo pueden tener un mezquino interés electoral por parte de un Gobierno que acentuó la decadencia del país.