Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. Las prioridades de las familias y de las empresas siguen siendo la alta inflación y el valor (o la escasez) del dólar. Estos temas no están en el radar de las urgencias que plantea el kirchnerismo, que conduce la agenda política, señala mi nota en La Voz. Cristina Kirchner impuso en el Senado la modificación del número de miembros de la Corte Suprema y paralizó el viernes la actividad en el Gobierno, para que escucharan su alegato en el juicio por corrupción en la obra pública. ¿Qué pasará con la economía?
La Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (Amcham Argentina, por su nombre en inglés) recordó que la modificación de la Corte no está dentro de las urgencias empresariales, y rechazó los cambios.
Es un dato significativo, porque Alberto Fernández venía de exponer ante compañías petroleras en Houston, Estados Unidos, a las que ofreció garantías de seguridad jurídica, para sus proyectos en petróleo, gas y litio.
¿Qué seguridad jurídica puede ofrecer el Gobierno cuando Cristina Kirchner decide cambiar la integración de la Corte, porque presume que podría fallar en su contra?
Cuando era senadora, en 2006, durante la gestión de Néstor Kirchner, la vicepresidenta propuso reducir la Corte a los cinco miembros actuales. La Constitución de 1853 estableció ese número de integrantes.
Los industriales cordobeses, quienes ya recorrieron las oficinas del Banco Central, de la Secretaría de Industria de la Nación y del Bice, se quedaron con la sensación de que los funcionarios conocen las dificultades que tiene el sector, pero no tienen soluciones.
“No hay dólares; hay que esperar que algún sector exporte para que tengamos los insumos necesarios, y no tengamos que parar las fábricas”, confesaba un industrial durante el festejo de los 90 años de la Cámara de Comercio de Córdoba.
Cerca de él, representantes de las concesionarias de automóviles, de los repuesteros y de los perfumistas asentían con la cabeza.
“Sin stock, no hay comercio”, sentenció un empresario mercantil.
Otro dirigente, quien participó de las gestiones en Buenos Aires, advertía que “en 15 días comenzará a sentirse el impacto en las fábricas, por la falta de insumos y de piezas”. “Los autopartistas son los más perjudicados”, advirtió.
En la Unión Industrial de Córdoba (UIC) esperan recibir alguna señal durante el coloquio del 5 de octubre próximo.
Por ahora, sólo “un vuelto”: el Gobierno limitó a mil dólares las compras al exterior vía correo.
En noviembre, hay vencimientos por unos 10 mil millones de dólares por el esquema de postergar los pagos de las importaciones por 180 días, que estableció la gestión de Martín Guzmán.
La preocupación cotidiana de las familias son los precios, que tendrían una suba promedio de 7% en septiembre.
Tres botones de muestra: el transporte urbano en Córdoba aumentó 22% (8,50 pesos), junto al servicio de taxis y remises; los servicios de telefonía móvil, internet y televisión por cable se incrementarán casi 20% desde octubre, para redondear 29,5% en diciembre; y volvieron los sobreprecios para la compra de gasoil.
Por ahora, no hay medidas contundentes para enfrentar lo que los argentinos fijan como prioridad en sus urgencias.
El menor consumo de las familias, por la alta inflación; la caída del salario real, el menor gasto del Estado nacional, la baja en las exportaciones (buena parte se liquidaron este mes) y la menor producción en la industria (ya visible en julio y en agosto) auguran un escenario complicado para los próximos meses.
Messi tiene en sus pies no solo la suerte de la Argentina en el Mundial de Qatar, sino también que el Gobierno logre disimular la malaria por una semanas.