Por Juan Turello. Por momentos, Argentina suele estar aislada del resto del mundo en...
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Por Juan Turello. No hay dudas de que el Gobierno está más activo en la comunicación desde la salida de Alfonso Prat-Gay, señala el comienzo de mi nota en La Voz. Nicolás Dujovne, flamante ministro de Hacienda, se encargó de enviar señales sobre cuál será su gestión. Y se sacó una foto con su grupo de trabajo.
“La idea del equipo está presente en el mensaje oficial desde hace varias semanas, pero para ello se requieren objetivos claros y una coordinación de las tareas, que en el primer año de gestión no apareció”, dijo a un especialista en management.
La idea de encarar una reforma tributaria es para aplaudirla, pero hay que recordar que desde 1994 (el 22 de agosto se cumplen 23 años), los constituyentes ordenaron reformar la ley de coparticipación. Las urgencias de un calendario electoral bianual conspiran contra cualquier intento de modificar lo que cobran la Nación y las provincias.
Juan Schiaretti alienta desde hace años un IVA-provincial que deje de lado el “impuesto en cascada” que es Ingresos Brutos. Más allá de las buenas intenciones, los gobernadores son renuentes a resignar una “caja segura”, que les provee dos de cada tres pesos de recaudación propia.
Un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que los impuestos al trabajo en la Argentina son los más altos de Latinoamérica. Entre aportes personales y contribuciones patronales, el salario que percibe el empleado se encarece casi 35%.
En 2016, ambas cargas aportaron 535 mil millones de pesos de los 2 billones de ingresos tributarios de la AFIP, uno de cada cuatro pesos. Modificar esos tributos, con el antecedente de dos años de déficit récord, no será sencillo.
También se anunció la posibilidad de cambios en el IVA y en el impuesto al cheque. Las propuestas históricas de tomarlos como pago a cuenta de otros tributos no se aplicaron.
Las buenas expectativas que sugiere el trabajo de Dujovne, junto al proclamado recorte del gasto, serán difíciles de aplicar en un año electoral. En tiempos de campaña, se gasta más. Sin recuperación del empleo, las partidas sociales son intocables. Los recortes de contratos en el Conicet y en Educación desataron protestas que el Gobierno no supo acotar.
¿Cambios en los impuestos? Nación y provincias aún están en deuda con el mandato de 1994. Schiaretti pregona hace años por un IVA-provincial. Todo difícil en un año electoral.
La decisión de Ford Motor Company de cancelar su inversión de 1.600 millones de dólares, con 2.600 empleos, en San Luis Potosí, México, para trasladarla a la sede histórica de Michigan, Estados Unidos, es un balde de agua fría para Latinoamérica.
Donald Trump –que ya había emplazado a General Motors- ahora amenazó a Toyota por un proyecto similar en Baja California. Los dólares de los inversores norteamericanos serán escasos para los países al sur del río Bravo con Trump, quien asume en dos semanas.
El país líder del libre mercado y de los acuerdos de comercio, amenaza girar ahora al proteccionismo. Es junto al Brexit y los nacionalismos europeos, la reacción contra la pérdida de empleos locales y la feroz competencia de la globalización.
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¿El lugar que dejará Estados Unidos será ocupado por China? Hacia allí tiene previsto partir Mauricio Macri en mayo. Córdoba necesita del autofinanciamiento chino para el desarrollo de dos grandes tramos de los gasoductos troncales. ¿Qué exigirá Xi Jinping a cambio?
Más allá de las expectativas por los cambios en los impuestos y la reducción del gasto estatal, la partida de Macri se juega en el consumo, que tuvo una caída récord en 2016.
El anuncio de subas en los servicios públicos (mañana se producirá las de las naftas, y luego vendrán las de la luz, gas, peajes) y privados (comunicaciones, medicina prepaga, educación) y en los futuros impuestos. Todo, un mal regalo de Reyes. La revuelta en México por el “gasolinazo” es una mala señal para los fuertes aumentos que se proyectan en tarifas.
El Gobierno alienta las expectativas de una mejora, previa a la crucial votación de octubre. El clima interno y el panorama externo son difíciles de predecir, más allá de ciertas señales. El año económico recién empieza.