Por Juan Turello. Argentina festejó y se desahogó a lo grande. Y estuvo muy bien porque desde hace más de una década las familias vienen soportando la caída de la economía y de la calidad de vida, que generan una sensación de frustración y desesperanza, señala mi nota en La Voz.
Los problemas vuelven a la agenda desde este lunes, más aún cuando la gestión de Sergio Massa debe resolver temas, que serán indicadores clave de lo que sucederá en 2023.
La supuesta autoexclusión electoral de Cristina Kirchner, luego de ser condenada a seis años de prisión por actos de corrupción, es una incógnita sobre cómo repercutirá en la orientación del Gobierno.
Un problema a futuro: es posible que el kirchnerismo se concentre en la estratégica provincia de Buenos Aires, donde predomina el discurso estatista de Axel Kicillof.
Las lealtades declamadas le otorgan una centralidad política en el peronismo, que le permitirá ser candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires, sí así lo decide. De tal modo, conservaría fueros parlamentarios y evitaría ir a la cárcel.
Por ahora, grandes empresarios están decididos a respaldar los pedidos de Massa, como se lo hicieron saber en la cena que mantuvieron con él días atrás.
Banqueros y empresarios ligados a los servicios pondrán los recursos que demanda Massa para evitar que la deuda en pesos se convierta en un tsunami y dispare el dólar.
El próximo miércoles vencen 415 mil millones de pesos en bonos del Tesoro. La mayor parte está en manos de los bancos; los de capital nacional ya anticiparon que renovarán sus colocaciones.
La duda está en las entidades internacionales e inversores institucionales, que suelen rechazae los pesos en un año electoral.
La meta en dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es alcanzable por el préstamo que otorgaron el organismo y otras entidades. El Mundial ayudó a tapar el entierro del eslogan del desendeudamiento.
El cabezazo en contra para Massa es que consultoras y bancos estiman que la inflación estará en torno del 6% en el próximo semestre. El ministro prometió que será de 3% desde abril.
Los analistas requeridos por el Banco Central -26 consultoras locales e internacionales y 13 bancos argentinos- expresaron, además, un pronóstico desalentador hasta 2024.
Este año, la inflación sería de 99%; en 2023 llegaría a 99,7% y al 75% en el primer año de gestión del futuro gobierno.
Pero el ministro de Economía es un mago que siempre tiene un conejo en la galera: anunció que desde enero dejarán de estar alcanzados por Ganancias más de 312 mil empleados registrados, entre ellos, 25.418 cordobeses.
El anuncio es a plazo fijo, ya que la eximición dependerá de que los ingresos de esos trabajadores no superen el mínimo no imponible en los meses siguientes.
Es igual al del crecimiento del empleo privado, cuando en realidad se trata del aumento de la cantidad de monotributistas, lo que refleja una pérdida de calidad en el trabajo registrado.
Pero es bueno tener prendida la llama de los anuncios. Va otro: la intención de cobrarle impuestos a los supuestos 10 mil millones de dólares que los argentinos no declararon y tienen en cuenta en el exterior.
El blanqueo que imagina Massa -otro eslogan que entierra el kirchnerismo, cuando cuestionó el que realizó Mauricio Macri en 2016- podría aportar unos mil millones de dólares, según especialistas tributarios.
Algo es algo, incluso cuando la liquidación de divisas del campo y de la agroindustria podría caer en 2023 entre 9.570 millones y 15.842 millones de dólares, en comparación con este año, según proyecciones de las bolsas de Rosario y de Buenos Aires.
Con el mazo dando y a la lluvia rogando. El avance de la siembra de soja es el peor de la última década.
El “dólar soja 2.0”, que podría devenir en las variantes 3 y 4 (los productores no van a vender la cosecha al dólar oficial), causa estragos en la rentabilidad de la lechería y de la ganadería, por la suba del precio de los granos, de los fertilizantes y de los combustibles.
¡Qué sigan los festejos para siempre! Nos merecemos una alegría en medio de tantos problemas sin resolver de la economía.