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La coyuntura externa e interna abre desafíos para la Argentina, cuya economía recién volvería a recuperarse en 2017 (crecería 3%, según el pronóstico del Fondo Monetario Internacional, FMI), luego de una caída año de entre 1 y 1,5%, según estimaciones de los economistas del Consejo Profesional de Ciencias Económicas (CPCE) de Córdoba.
En su informe, la entidad advierte que el gasto público tiene un alto componente inflexible a la baja por las partidas sociales. El análisis del Instituto de Economía.
El déficit no bajará como pretendía la administración. Se proyecta un rojo de 4,3% del Producto Interno Bruto (PIB) para 2017, según el Presupuesto General que se enviará hoy al Congreso Nacional. El déficit se cubrirá con deuda y emisión.
Los subsidios sociales y económicos representan el 79 y el 18%, respectivamente, del gasto total en transferencias.
Guillermo Pizarro planteó que la mejora del tipo de cambio fue “comida” por la inflación, aunque todavía el nivel es mejor al que recibió la administración macrista. La devaluación de 2014 implicó pasar de un déficit comercial a un superávit que se extendió todo ese año hasta que el rojo volvió a avanzar en 2015.
El déficit de la balanza de combustibles –crucial desde 2011- comenzó a reducirse en los últimos meses, pero todavía existe. En general todos los rubros de las importaciones presentan una tendencia a la baja, a excepción de bienes de consumo y vehículos para pasajeros.
“Es consecuencia de la caída de la actividad –señaló Pizarro-. En lo que hace a las exportaciones, se acentúa la primarización”. En el caso de la balanza industrial, arrastra un déficit de años que nunca se logró revertir, precisó.
El informe Pizarro fue acompañado por el economista Víctor Peralta, con la presencia del titular del CPCE de Córdoba, José Simonella.
Sobre el aporte del campo, el trabajo apuntó que desde los precios récord en 2013, la soja perdió 45,8% de su valor; el maíz 62,9% y trigo 60,9%. “El precio de la soja proyectado hasta julio próximo no es malo para la política que lleva el Gobierno adelante; es importante que no baje”, apuntó Peralta.
Respecto a la postergación en la baja de las retenciones, Pizarro consideró que el Gobierno debe dar señales por esa línea porque al campo ya le hizo un aporte; mantiene los subsidios a los sectores más postergados, en tanto la clase media sigue esperando algún gesto “más fuerte”.
La gestión de Mauricio Macri no logrará bajar el déficit como preveía porque no pudo resolver la cuestión tarifaria. Los subsidios sociales y económicos representan el 79 y el 18%, respectivamente, del gasto total en transferencias. Sobre el gasto público total esos valores equivalen al 65 y 16%, respectivamente.
“Las transferencias sociales equivalen al 79%, lo que demuestra la inflexibilidad del gasto; pudiendo acomodar tarifas, el gasto público podría bajar alrededor del 20%. Por eso, la Argentina necesita generar empleo”, indicó Simonella.